jueves, 9 de abril de 2009

El lenguaje del abanico

En el sigloXIX y principios del XX, las jóvenes damas en España iban a los bailes acompañadas por su madre o una señorita de compañía, con el objetivo de que éstas velaran por su comportamiento. Como las señoritas de compañía eran muy celosas, las jóvenes tuvieron que crear una manera de comunicarse con sus pretendientes de modo que no fueran percibidas. Así, el abanico, en esas situaciones "delicadas", sirvió de herramienta para la comunicación de estas jóvenes.
Vamos a ver algunos manejos con el abanico y lo que significan:
1-Abanicarse rápidamente. (Te amo con intensidad.)
2-Abanicarse lentamente. (Abanicarse de forma pausada significa soy una señora casada y me eres indiferente. También si se abre y cierra muy despacio significa esto.)
3-Contar varillas. (Si cuenta las varillas del abanico o pasa los dedos por ellas quiere decir que quiere hablar con el pretendiente.)
4-Apoyado sobre la mejilla. (Si es sobre la mejilla derecha significa "Sí". Sobre la mejilla izquierda es "No".)
5- Cubrirse los ojos. (Con el abanico abierto significa "Te quiero". Si se cubre el rostro puede significar "Cuidado, nos vigilan".)
6-Cubrirse la cara. (Cubrirse la cara con el abanico abierto significa "Sígueme cuando me vaya".)
Hoy, si comparamos el modo de comunicarse entre los hombres y las mujeres "con intenciones amorosas", notamos un cambio enorme. Hay excepciones, pero, en general, todo pasa de manera muy explícita y muchas veces vulgar. Claro que comportarse como una joven del siglo XIX no es el caso, pero perder "el misterio" y el "juego" para conquistar a alguien es una pena.

2 comentarios:

  1. Valeria:

    Muy interesante y complejo el lenguaje del abanico, me gustó mucho conocerlo, ni que sea un poquito.

    Es interesante pensar que no nos detenemos para pensar en los lenguajes y significados que hay en los objetos que usamos al diario.
    Quizás fuese un buen ejercicio hacerlo.

    Abrazos

    ResponderEliminar
  2. Estupendo artículo Valéria. Incluso ya lo había trabajado una vez en las clases que impartía en Luziana Lanna, y a la gente le encantó saber más acerca de este asunto.
    ¡Enhorabuena!
    Fernando.

    ResponderEliminar