Pérez-Reverte escribe, en esta columna periodística, un texto argumentativo sobre las críticas recibidas de un lector insatisfecho. El tema de su texto es la posición de los escritores frente a los ataques infundados de las personas que leen sus obras y buscan señalar los errores de escritura.
En el primer párrafo, el académico trata de exponer el problema central de su publicación y, para tanto, manifiesta que estará muy presente en lo que enuncia: la primera frase establece un acercamiento al interlocutor a través de la expresión “Alguna vez les he contado”. El español retoma un supuesto diálogo anterior en el cual existe una complicidad – o por lo menos Pérez-Reverte cree que sus lectores son sus seguidores.
El tema de la columna es la indignación del miembro de la RAE con opiniones de personas designadas como “cazador(es) de erratas profesional” y para ganar la empatía de los supuestos seguidores durante los tres primeros párrafos utiliza metáforas que comparan la labor de escribir a la de parir un hijo, hacer trabajos artesanos o meterse en un jardín de estructuras complejas. Si elaborar una obra es algo tan complejo, las pequeñas incorrecciones deben perdonarse, según el columnista que garantiza no hablar en público de títulos que no le gustan, una vez que respeta el trabajo ajeno.
La ironía se hace presente a lo largo del escrito con expresiones que ponen de relieve la irritación del académico como “lugares supuestamente literarios”, “con todo un profesor de Lengua y Literatura” entre otros. También se observa un uso extendido de coloquialismos propios de la conversación como palabrotas (tocapelotas, el jodío)– casi siempre para definir al lector que se especializa en buscar los “gazapos” en las obras que lee. Dichos coloquialismos funcionan como sinonimia y aportan variedad léxica a la argumentación.
El cuarto párrafo está dedicado a los “listillos tocapelotas” y el ejemplo usado exige conocimientos enciclopédicos, pues el léxico empleado es técnico y específico del área de navegación como “lugre”, “eslora”, “cabrestante”. Pérez-Reverte se apoya en el concepto de lector modelo: para decodificar su ejemplo sería necesario un conocimiento peculiar. Las modalizaciones siguen y se apoyan en frases de conocimiento común como “te recuerdan que eres mortal” o la idea de que siempre hay alguien que sabe más que tú.
Tras toda la construcción del argumento llegamos al quinto y penúltimo párrafo en donde, finalmente, se conoce el motivo de la ira del novelista y el impulso creador de lo que leemos, o sea, somos informados que el periodista fue examinado negativamente por un profesor que leyó su última obra, encontró un error y notificó a la RAE. Las ironías en este párrafo están todas dirigidas a su “verdugo” que, de manera estúpida, encuentra errores donde no los hay y acaba “metiendo la gamba hasta el corvejón”. De alguna manera la opción de presentar la manifestación del profesor solo al final del texto le da al novelista tiempo para ganar la confianza y la defensa de sus seguidores que en este punto ya estarán convencidos de que la crítica es insostenible.
La frase final de Pérez-Reverte es la conclusión de su desahogo y la explicación del título “Venganza académica”, ya que deja muy claro que le gusta ser académico por el hecho de que eso molesta a otras personas.
Mariana,
ResponderEliminarTu comentario crítico está muy interesante y sobre todo muy bien escrito. Pero creo que sería visualmente mejor formatarlo en un solo color y tamaño de letra, a no ser que sea tu intención dejarlo con mezclas de colores y fuentes de textos. ¿Qué quisiste expresar con los colores y tipos de letras? Pensá en esto, ¿te parece?
Otra cosa en cuanto a la formatación es, en el tercer párrafo, en que pusiste “cazador(es) de erratas profesional”. Creo que, si pusiste (es)después de cazador, ¿por qué no poner también después de profesional? Así, creo, la concordancia se hace a todo el sintagma, ¿no?
A continuación, me pregunto, después de lo que la profesora nos dije, ¿sería "Venganza académica" un texto argumentativo? Creo que hay, claro, partes argumentativas en el texto, pero la predominancia es de la secuencia narrativa. ¿Qué crees?
Por último, te parabenizo por tu discusión de la ironía en la escritura de Pérez-Reverte, especialmente en "Venganza académica", que está muy crítica y fundamentada. Te pido perdón por los posibles errores y equívocos en este comentario. Si los hay, ecribíme.
Hola Luiza! Gracias por tu comentario. Lo de la formatación fue algo del blog. Yo quise poner todo de un mismo color y fuente, pero lo colgué varias veces y se cambia solo, no sé qué pasa! jeje
ResponderEliminarBien, creo que se puede dejar así la cuestión del sintagma que comentaste, porque como lo puse entre paréntesis... total voy a averiguarlo.
Eso de que es o no argumentativo me quedé en duda, pero después de la clase de Elzimar no volví al blog para cambiarlo.
Gracias de nuevo por tu comentario!