sábado, 31 de octubre de 2009

El videoaficcionado en la gran aldea


El aislamiento que la vida en la ciudad nos proporciona nos vuelve más curiosos respecto a la vida ajena. Esta idea la escuché de viejo amigo del interior que me visitaba y hoy la comparto sin mucha restricción. Cuando uno mira la tele, se depara con un sin número de programas que tienen su apelo mediático en el hecho de exhibir la vida cotidiana de otro: el casamiento de un rico desconocido exhibido al vivo, los disturbios domésticos de una familia de la periferia, el comportamiento atípico del perro de la casa, los desdoblamientos afectivos de un grupo de desconocidos cerrados en una casa: todo es motivo de la observación atenta y de estudio para quienes se pasan horas delante de la tele: ¿Será que esta pareja se va a quedar junto? ¿Qué pasa con ese nene que no para de molestar? ¿Conseguirá el especialista resolver aquellos conflictos familiares? No se puede decir que estos programas son unanimidad, pero la atención que sus espectadores dedican a ellos es curiosa: se pagan para tener “el privilegio” de ver todo, telefonan para votar en su personaje favorito; se comentan todo por Internet y por los chats. Esos hechos me llevan a creer que a lo mejor mi amigo estaba cierto: el espectáculo ahora es la vida cotidiana, pero la vida de los que se encuentran lejos. Si para los vecinos uno se construye altos muros e se compra escuras colgaduras, para esos desconocidos uno se paga caro para ver y saber todo lo que pasa ahí: en ellos ese aficionado se admira y se emociona con las historias de su vida; a veces se reconoce; otras veces lo utiliza como espejo para ver cuánto es superior. En la pequeña aldea donde nació mi mencionado amigo, uno sabe todo lo que pasa en la vida de los vecinos. Y sin pagar nada.

1 comentario:

  1. ¡Hola Maxx! Creo que la aldea de su vecino la vida es mejor. Las curiosidades son con certeza sanas,pero, en nuestra realidad las intrigas, la vida de las otras personas y sus minucias forman de manera particular las intenciones de los telespectadores.

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