A menudo vemos en periódicos y telediarios noticias acerca de desapariciones, asesinatos, narcotráfico, asaltos, etc. Hoy día hablar de violencia es un asunto común a los brasileños. Pero ¿por quéo hablamos de las causas? Para los sociólogos la distribución de renta es el motivo, quizá será peor la renta no alcanza a veinte millones de brasileños y no tenemos tantos bandidos. Para los derechos humanos el prejuicio es el motivo, si fuera eso todos los negros, indígenas y pobres serian también bandidos, pero no lo son. A los profesores les parece que es la educación. Buenos a lo mejor sea, pero la enseñanza pública, aunque no sea de calidad, está presente en todas las capitales, donde están las mayores estadísticas de violencia y si todos los alumnos de escuelas públicas fueran bandidos, nuestro país ya se habría acabado.
Ni aunando todos estos aspectos, creo, llegaremos a una solución. ¿ de qué sirve acusar a los excluidos? Porque si fuera así, no tendríamos hijos ricos robando y traficando, ni tampoco hijos pobres trabajando y luchando para sacar el suyo. La verdad es que el deseo de poder está en nuestra sangre, unos lo alcanzan en la política, otros en los deportes, otros con el trabajo y otros de la forma más fácil, con un arma. Crear teorías es muy sencillo lo difícil es dar soluciones. Pero una ya tenemos, es la que nos dan la policía, los periódicos, las mamás y los papás20 y en verdad es la más efectiva.
No recccionar y dejar que nos lleven todo. Por lo menos, quizás, lleguemos vivos a casa.
sábado, 31 de octubre de 2009
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Geraldo, ¡a lo mejor tengas razón! La violencia en nuestro país es un problema muy grave y es difícil pensar en “una solución”, sino que estos distintos estudios del problema que mencionaste concluyen que la cosa es mucho más compleja que costaríamos. Por eso un conjunto de medidas es que constituirían juntas una solución razonable. A mí no me gusta mucho esas soluciones muy simplistas que siempre se vende en la tele – sobretodo en esos programas sensacionalistas o populares, de tipo “Brasil Urgente” o “Balança Geral”. Pienso que no es posible pensar el fin de la violencia sin: a) frenar la entrada de armas y drogas ilegales en el país; b) mejorar nuestro sistema prisional, la “escuela del crimen”; c) modernizar nuestros códigos y legislaciones, que muchas veces dejan impunes a los que se sabe culpables; d) mejorar la educación, el acceso a la cultura y a las perspectivas profesionales de nuestros jóvenes. Hablando así, parece muy utópico, ¿no? Pero creo que, se dando esos pasos, de a poco la cosa va mejorando. ¡Ojalá!
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