“Opinión muy sincera sobre la imagen que tenemos unos de los otros”
Alumno: Márcio Weber
Vivimos en un mundo en que se valora mucho la imagen. Al poner la tele inmediatamente nos damos cuenta de eso. Los anuncios de televisión nos presentan cremas para que la piel se quede más suave y se nos quite las arrugas. Cintas de goma abdominales para hacer desaparecer con la tripa. Productos variados para el pelo. Crema dental con el objetivo de dejar nuestros dientes más blancos, etc. Creamos en nuestras cabezas el prototipo de lo bello por culpa del patrón de belleza universal de los famosos modelos. Mujeres y hombres que por fuera lucen una imagen artificial pero que acaban por dictar tu imagen, porque lo que quieres es al menos utilizar el corte de pelo parecido a lo de ellos. OYES (muy bajito, sólo para nosotros) a lo mejor podemos comprar aquella misma marca de zapatito que lleva aquella modelo famosilla, aunque sea falsificado (eso sí, que no lo sepa nadie). Pero mujer, si lo van a saber todos que los zapatitos son de aquella tienda que vende productos falsificados. No pasa nada. Lo hacemos todos, ¡y no me digas que no! Sí son ellos que deciden por ti cómo vas a vestir, qué perfume vas a llevar, cómo tienes que cuidar a tu cuerpo, tu pelo, tu piel, adónde tienes que irte, etc. ¡Fíjate, ahora somos muñecos de pantomima! ¿Qué cutre eso no?
¡Bueno, pues estos hombre y mujeres son nuestros espejos! Tenemos que aparentarnos igualito que ellos si no vamos a pasar toda la vida igual que Pepitos, Juanitos y Maripilis (Las Marías del Pilar).
¡Ahora, fíjaros en lo que os voy a contar!
- El espejo que tengo en mi casa ha reflejado en todos esos años a un hombre que de la nada ha conseguido un par de cosillas en la vida. Las arrugas se deben a aquellas noches en el bar que me lo pasé de p....... madre. La tripa es resultado de la buena comida, la adicción al chocolate y por supuesto la falta de tiempo para hacer gimnasia. ¡Es que trabajo mucho! La falta de pelo, ¡eso sí es lo que me fastidia (y ahora lo estoy hablando muy en serio, eh); Eso me pasó después que me casé, pero bueno para eso todavía tiene arreglo. Las canas. ¡Hombre, eso es mi arma para la seducción, no me las quitaré de momento!
Por supuesto que el espejo que tengo en mi casa refleja sólo lo que quiero ver. Y os digo más, para mí todas las tías están bien (la verdad quiero decir buenas, pero me da corte). ¡Ellas no tienen que ser igual que Giselle! Por favor, qué delgada está la tía. ¡A mi me gusta el solomillo, y el solomillo no tiene hueso!
Nos preocupamos demasiado por si fulanito está con un tripón que te c...... (¡oyes hay que guardar respeto!). Que se la Juana está llena de varices y se le ha caído el culo. Que Pepito se ha hecho viejo y lleva el pelo canoso.
¡Jo.......... , cómo habla la gente!
¡Hasta parece que no tenemos espejo en casa!
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Yo pienso como Marcio, usted supo poner lo que en verdad pasa en nuestro cotidiano...y habló de la mayor culpable de todo esto...la televisión.
ResponderEliminarMuy bueno
Marcio, tu texto es muy bueno. Conseguiste mostrar como nos dejamos llevar por la moda, no importa como. Lo que destaco además de esto es que todo lo que hacemos necesitamos un modelo, el ser humano no sabe hacere nada sin la mirada del otro. Enhorabuena.
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