sábado, 3 de octubre de 2009

Comentario del texto: La asombrosa inteligencia de Paris Hilton, por Rosa Montero

En esta columna periodística, Rosa Montero manifiesta su opinión e insatisfacción acerca del modo como se evalua, se conceptualiza y se valora la inteligencia de las personas en los tiempos actuales. Con relación al esquema y la estructura textual, el texto está compuesto por cinco párrafos que presentan la progresión del tema desarrollado. Lo interesante de esta progresión es que la autora primeramente presenta y explica el tema de estos testes que pretenden medir la inteligencia mental de las personas, apartir de ahí, Montero empieza a expresar sus consideraciones, formular hipótesis y expor sus opinioes acerca del asunto.

Muchos recursos linguísticos se hacen presentes y enriquecen el texto como la sinonimia referencial, cuando se refiere a Paris Hilton como la Hilton, lo que denota un tono de humor e ironía al texto; la deixis temporal en Nunca me he fiado y Siempre sospeché; y el uso de expresiones que no representan tal cual lo que está escrito: las metáforas, en se los suele tomar a pies juntillas y en tirar cohetes.

La voz del discurso se construye alrededor de los enfoques personales de Montero, pues la voz de la autora es la clave de todo el artículo y eso está evidenciado por medio de enunciados marcados por la deixis de 1ª persona: me parece un empeño, siempre sospeché, cuánto más vieja soy. Estos enunciados, además de la subjetividad explícita expone aún la intención comunicativa de Montero, que es no solo la de informar, sino también la de llevar la opinión del lector modelo en concordancia con la suya – la de total disconformidad con la manera en que se califican a las personas “inteligentes”. Algunos ejemplos están en Y convendrán conmigo que...y en siempre sospeché, pues, que estas pruebas eran una tontería. Esa subjetividad también se nota através de la modalización en la fase interrogativa ¿Pero quién demonios quiere ser superdotado, si los superdotados son así, que sutilmente ya viene con la respuesta impregnada de la autora, en el adverbio supuestamente, también hay esta carga de subjetividad, además de otras expresiones personales como por ejemplo, lo que entiendo por ser una persona sabia.

Su planteamiento va más allá, cuando explica que ni siempre los genios deben ser clasificados por la puntuación de un test de inteligencia, puesto que el talento también puede venir por la perseverancia, disciplina, humildad y que con estos adjetivos pueden brotar grandes artistas. Por fin, Montero afirma que la inteligencia no es nada si no está humanizada, o sea, no importa si uno es un experto en matemáticas y capaz de resolver cualquier problema de álgebra, si no está apto a mobilizar su inteligencia emocional. Concluye que los inteligentes en realidad son la gente que no solo piensa, sino también que sabe expresar sentimientos, está dispuesta a darte un consejo acertado y que con su conocimiento de vida puede contribuir con el otro através de esta inteligencia, que debe ser también emocional.

2 comentarios:

  1. ¡Hola! Lograste en tu texto algo que yo pude hasta ahora, perderme en el medio del camino. Comentaste acerca de la ironia de la autora,en el momento que ella se refiere a Paris como "la Hilton",no me había fijado en esto y ahora veo que es algo muy importante para el entendimiento del texto.
    -gracias, hasta luego-

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  2. Hola Giovana! Comparto contigo las opiniones acerca de como Rosa Montero construye su argumentación, principalmente lo que comentaste respecto a las ironías.
    Solo me resultó difícil leer tu texto pues no pusiste comillas (") a la hora de citar las frases de la autora. Si lo haces creo que tu texto resultará más claro.
    Te felicito!
    Mariana

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