jueves, 20 de noviembre de 2008

Todo esta clavado en la memoria… ¡del rock argentino! El rock argentino y la dictadura.




Sandro

El inicio:

El furor del rock’n roll explota en todo el mundo. Colas de chicas fanáticas se aglomeraban en shows donde el ritmo mestizo y frenético de Elvis Presley, Bill Haley, The comets, Jerry Lee Lewis, Bo Diddley y otros, en meados de los años 50, al “grito” de las guitarras eléctricas, hacen temblar (y menear) las columnas de una sociedad tradicionalista y cerrada. Los jóvenes se dejaban fascinar por el destello de libertad temáticamente involucrado en el nuevo sonido.
La nueva explosión musical se expandió por el mundo ganando adeptos en todos los lugares donde llegaba. La juventud occidental, conquistada por esta nueva ola de energía músico-ideológica, se hace rápidamente adepta a este nuevo estilo de vida. Imitadores del estilo surgen en todas las partes.
Como una nueva música de moda, también llegaría a la Argentina el rock. Pero efectivamente el país, que a esa época buscaba combinar la radicación de empresas e industrias multinacionales y políticas desarrollistas, y que sentía el crecimiento económico prosperar y suscitaba, por ello, una modelización de la educación y medios de comunicación para un ufanismo cultural, el movimiento ágil y rebelde solo comenzaría a tomar una identidad local una década más tarde. Era difícil luchar contra el tango, el bolero, los cantantes románticos y otras músicas folclóricas tan arraigadas en la cultura, en los medios y en la tradición.
Sólo en los años 60, con la influencia de Los Beatles, surge entre los argentinos el deseo de hacer rock. Con la entrada del twist en los bailes y con la presencia de programas televisivos como “Ritmo y juventud” el ritmo adquiere fuerza. Una joven guardia se forma, pero los ideales que se estaban enmarcado y ya transformaban no sólo la imagen (el pelo largo) sino, también, la mente de los jóvenes, no logra hasta 1967 campo en la lengua hispana (aunque Sandro, unos de los primeros rockeros del país, ya con éxito cantaba algunas versiones de canciones en castellano de Elvis Presley en 1963).
Las músicas en inglés son la mayor parte de la producción. La falta de incentivo y rechazo de la sociedad, incluso por parte de muchos de los propios jóvenes, de las músicas en español, serían el principal responsable de el retraso en el surgimiento de un verdadero rock identitariamente argentino.
“Pero el gran cambio no pasaba simplemente por el aspecto: en bares, plazas, pensiones y otros puntos de encuentro, el rock en castellano comenzaba a ser realidad. Allí estaban Javier Martinez, Miguel Abuelo, Tanguito, Pajarito Zaguri y otros que, sin ser músicos, también compartían la flamante filosofía.

Las primeras épocas fueron realmente duras: carentes de medios, perseguidos por la policía, ignorados por los productores, incomprendidos por la prensa y el resto de los jóvenes, su radio de acción se vio circunscripto a unos escasos puntos de reunión.”

La cueva:




(antiguo Passarotus) bar-teatro ya desaparecido, fue un mítico reducto del rock nacional argentino, frecuentado por músicos pioneros del género, que produjo la transición entre las canciones en inglés y el verdadero nacimiento de la música progresiva en castellano.



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