-¡Chaki está de novia! ¡Chaki está de novia! - gritaba la gente de la aldea y los rumores sobre el pronto casamiento corrían por todos los rincones del territorio, al mismo tiempo que los tambores comenzaban a retumbar en la selva anunciando la cercana fiesta. Chaki era una de las hijas más hermosa del gran cacique Yaguarova, el mismo que acababa de sellar un pacto de amistad con el señor Arapatuare, un renombrado carpintero de la región, entregándole a su hija por esposa. Para consumar el pacto familiar sólo quedaba esperar la preparación de la chicha (licor de maíz).
Todos... absolutamente todos, aguardaban ansiosos el día señalado, menos la bella Chaki que lloraba día y noche porque estaba siendo obligada a casarse con el hombre que no amaba, ya que su corazón pertenecía sólo a Chokopi, un joven cazador y a quien el gran Jefe Yaguarova había expulsado de la aldea por haberle robado el corazón a su hija. Lejos del lugar, Chokopi, sufría cuando se enteró que su amada había sido entregada a otro pretendiente. Pero un prestigioso Paye (mago) viendo su tristeza, se apiadó de él y le enseñó algunos versos mágicos que convirtió al joven pretendiente en una pequeña luciérnaga; llegada la noche, encendió sus tenues lucecitas y se fue volando en busca de su amada.
Llegó cuando Chaki, en su quebranto, contemplaba las estrellas aguardando la llegada de su verdadero amor. Se posó sobre ella y le habló al oído pidiéndole que lo siguiera hasta el lugar donde acostumbraban caminar. Una vez en el lugar Chokopi quiso convertirse nuevamente en persona pero se olvidó del conjuro que le había enseñado el Paye, lloraban de desesperación pero todos sus intentos fueron en vano. Corrieron entonces donde el mago en busca de ayuda pero éste se negó a dárselos...
Llegó cuando Chaki, en su quebranto, contemplaba las estrellas aguardando la llegada de su verdadero amor. Se posó sobre ella y le habló al oído pidiéndole que lo siguiera hasta el lugar donde acostumbraban caminar. Una vez en el lugar Chokopi quiso convertirse nuevamente en persona pero se olvidó del conjuro que le había enseñado el Paye, lloraban de desesperación pero todos sus intentos fueron en vano. Corrieron entonces donde el mago en busca de ayuda pero éste se negó a dárselos...
- Ya es demasiado tarde, hijo- repuso, -Te di la gran oportunidad de tu vida y desesperación te impidió prestarle importancia a mis palabras... Ahora, sólo te tengo una alternativa, convertir a tu bella amada en otra luciérnaga-.
Chaki y Chokopi se quedaron mirando por un instante y con una leve sonrisa Chaki afirmó estar de acuerdo con el gran mago... Convertidos en dos hermosas luciérnagas volaron entre las estrellas felices hasta siempre.
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