domingo, 16 de noviembre de 2008

Real Academia del Fútbol

En la lengua española, es frecuente que el nombre de un deporte o modalidad que lleva pelota esté asociado directamente a la propia pelota: balonmano, baloncesto, balonvolea… Balompié, entonces, sería la nomenclatura esperable para el deporte más popular del mundo, ¿no?

No, la verdad es que, para el pueblo español, este deporte que se juega con la pelota en los pies es tan distinto que le hubieran destinado otro nombre para marcar su distinción: fútbol, importado directamente de la lengua inglesa. Además, como bien explica el blog “Hola, radiola”, el fútbol produjo, incluso, jergas y frases hechas en la lengua española:

“Casarse de penalti”

Durante mucho tiempo, estuvo muy de moda esa frase, casarse de penalti, quizás porque la realidad a la que alude era también más frecuente. Se dice de los que se casan cuando ya esperan un hijo, muchos obligados por las circunstancias y para cubrir lo que otros entienden como una falta.

“Fuera de juego”


Ese misterio incomprensible para profanos del reglamento futbolístico, el “fuera de juego”, que tiene, como todo misterio que se precie, su propia liturgia y sus propios sacerdotes y víctimas, ha dejado una frase en nuestra lengua (que usamos hasta los no iniciados): Dejar en fuera de juego a alguien es dejarle inmóvil, sin posibilidad de reacción.

“Echar balones fuera”

En una conversación, echa balones fuera el que finge no entender lo que se le pregunta, el que quiere esquivar un tema problemático, el que, conscientemente, se va por las ramas e incluso sale por los cerros de Úbeda, porque lo que quiere es echar el balón fuera, evitar un peligro claro.
“Hacer un regate”

Hace un regate, sin llegar quizás a echar balones fuera, quien sabe esquivar una situación difícil en una conversación; quien elude una pregunta malintencionada, o una alusión maliciosa. Quien sabe salir airoso de una situación de acorralamiento verbal.

P.S.: regate - movimiento rápido y brusco hecho con el cuerpo para esquivar algo; finta que hace un jugador para no dejarse arrebatar el balón.

“Sudar la camiseta”

Suda la camiseta el que cumple sobradamente con su trabajo, aunque no consiga los resultados apetecidos. Suda la camiseta el que tiene más moral que el Alcoyano, aquel equipo de Alcoy que en la única temporada que jugó en primera división, en un partido más, iba perdiendo por un montón de goles y todavía los jugadores se jaleaban y animaban los unos a los otros, hasta el último minuto de partido.
“Colgar las botas”

Cuelga las botas el que se jubila, el que deja su trabajo o actividad, sea ésta o no jugar al fútbol. Esta frase está comiendo el terreno de su equivalente taurina cortarse la coleta, pues los toreros, mientras estaban en activo, se dejaban crecer un mechón de cabello que se recogían atrás: la coleta; últimamente, según tengo entendido, los toreros se ponen una coleta postiza.

“De segunda división”
Algo es de segunda o tercera división (o de regional preferente) cuando no es de primera calidad, cuando pertenece o se considera de categoría inferior. Así, cuando queremos decir que algo no es bueno, decimos que es de segunda división, y ese algo puede ser una cosa física, un objeto, o no: también hay amores, amistades y otras cosas sutiles que son de segunda división.
“Quedarse en el banquillo”

Es casi la expresión equivalente a la taurina ver los toros desde la barrera, o sea: no participar del espectáculo, no ser protagonista, no intervenir en la acción. Pero, claro, las agudas astas de los toros son bastante más peligrosas que la redondez de la pelota, por muy de reglamento que sea. Por eso, en la expresión taurina hay también una acusación de cobardía, no así en la futbolística. Quedarse en el banquillo o, peor, chupar banquillo, significa que a uno no le dejan participar en algo, que alguien no lo considera apto para hacer algo, o que hay otros más aptos que él.

“Jugar en campo contrario”

Significa estar en desventaja, no tener apoyos, tener que actuar con la gente en contra.

“Meter un gol”
Meterle un gol a alguien, colarle un gol a alguien, consiste en obtener de él lo que se pretende, sin que se dé cuenta, y a veces con engaños: “Vamos a ver si les metemos un gol a tus padres, y nos dejan el coche” O también significa obtener ventaja sobre alguien considerado un rival: “¡Menudo gol que le acabas de meter! Ya nunca se atreverá a hablar mal de ti. También utilizamos la expresión ganar por goleada, cuando la victoria sobre algo o alguien es muy abultada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario