Siempre me gustaron las lenguas románicas, sobre todo, el español, el francés y el italiano. Desde chica quería vivir en un país donde la gente hablara uno de esos idiomas.
Me licencié en lengua francesa y empecé a prepararme para viajar; daba clases de francés y junté un poco de dinero para algunos gastos con el viaje. El problema era que no sabía si intentaba ir a España o a Francia: pensaba ir a España para aprender la lengua española, volver a Brasil y continuar mis estudios; pensaba ir a Francia para conocerla mejor y aprender la lengua en situaciones más reales. Después de reflexionar decidí ir primero en Francia y, después de algunos meses, ir a vivir algunos años en España. Eran planes... Fui au pair en Francia y tuve suerte en conecer personas excepcionales, aunque viví momentos difíciles con las niñas a las que cuidaba. Sus padres iban a divorciarse y las chicas, una tenía siete años y la otra, cuatro, no aceptaron bien la situación, lo que es absolutamente normal. Apesar de eso, vivimos momentos inolvidables. Bueno, iba a quedarme con la familia francesa durante seis meses, y antes de empezar a organizr los documentos necesarios para ir a España, fui al Consulado Español para certificarme de que era posible ir a vivir ahí. El cónsul me dijo que mi situación era tranquila y que podía solicitar la traducción (oficial) de algunos documentos del francés para el español (cartas de recomendación, diplomas...). Mientras organizaba estos papeles logré una familia en Mallorca. Estaba muy contenta, pero mi alegría duró poco. En la tercera vez que fui al Consulado, el cónsul supo que estaba casi todo listo para mi partida y se puso un poco preocupado, me dijo para volver a su oficina otro día. Volví y la respuesta que tuve no fue buena. Él dijo que se había equivocado, que consultó un secretario suyo y yo tenía que volver a Brasil y después ir a España. Gasté dinero con las traducciones, creé expectativas, sabía que ya existía una familia española esperándome, pero no logré concretar mis planes.
Pienso que desde el primer momento el cónsul no hizo una "investigación" sobre mi caso. Sé que donde viví, en Normandía, hay muchos problemas respecto a inmigración, vivía cerca de Le Havre, una ciudad portuaria. Naturalmente el cónsul tenía cosas importantes para resolver, pero creo que él debería decirme en la primera cita que no sabía si era posible mi estadía en España y que él o otro funcionario iba a analizar mi caso. La ironía fue que estaba tan cerca de España y a la vez "tan lejos". Apesar de eso, mis ganas de vivir en España o en otro país de lengua española continúan vivas. Buscaré otra manera de conseguir eso.
Pero...!qué mala onda el tipo ese! Yo que tu...
ResponderEliminaryo que tu...
no haría nada porque sólo él tiene poder...
!Madre mía!