martes, 3 de noviembre de 2009

¿Qué me preocupa?

Hace más o menos diez años, cuando todavía vivía en España, buscaba trabajo. Supe de una selección en el Consulado de Brasil para empleado diplomático administrativo. Como cumplía con las exigencias: tener curso universitario completo, ser estable en el país y tener más de 24 años, me inscribí. El proceso selectivo estaba compuesto de una redacción y una entrevista con el Cónsul brasileño. El día de la redacción fui con mucho entusiasmo a la prueba, el tema era ¿cómo vender la imagen de Brasil en el exterior? Confieso que todo cambió. Mi irritabilidad me hizo olvidar que se trataba de una plaza de trabajo. En esta época la imagen de nuestro país estaba lo más desgastada. El noticiero internacional solo hablaba de casos de infanticidio, violencia urbana y asesinatos. La pregunta me dejó muy nerviosa. No creía que teníamos que vender la imagen de Brasil, sino que teníamos que conseguir que el brasileño tuviera condiciones mínimas de educación, salud, transportes y empleo para conseguir un país digno de orgullo nacional, para después tener una buena imagen internacional. Escribí sin freno como una catarsis de protestas. Empecé así: ‘Cómo vender la imagen de Brasil, si los brasileños no tienen trabajo, ni viviendas, ni salud, ni…’ Sin embargo me seleccionaron para la entrevista con el cónsul. Éste me preguntó si no creía en el país y le dije que con las condiciones en aquel entonces era difícil creer en un futuro para nuestro querido país. No hace falta decir que no aprobé y que tuve que entender que los diplomáticos no están interesados en personas que protestan.
Hasta hoy todo esto me preocupa. Hoy Brasil no es más un país del futuro. Somos el presente. Tenemos las grandes transformaciones económicas, nuestro país tiene una buena imagen en las cúpulas internacionales y muchos empresarios están interesados en inversiones aquí. Hoy conseguimos estar en día con las deudas del FMI. El número de desempleados ha disminuido y las personas tienen más condiciones de comprar los bienes básicos. Pero, por otro lado, muchos tienen hambre, todavía tenemos trabajo esclavo, corrupción política y niños sin escuela. Es verdad, las cosas siguen muy mal, guerra del narcotráfico, mucha violencia urbana, leyes caducas, y transportes insuficientes. La población brasileña no tiene esperanza de mejoría. El pueblo brasileño nunca desiste, aunque se sienta agobiado por la desigualdad social.
En 2014 tendremos la Copa del mundo de fútbol en Brasil. Dentro de 4 años mostraremos al mundo que estamos preparados, que somos capaces de ser la sede de un evento mundial. Todas las ciudades de Brasil estarán involucradas. Las personas serán testigos de nuestro esfuerzo. Pero, esta candidatura es prematura. Para mí, estos cambios todavía no están consolidados y mucho hay que hacer para un tiempo tan corto. Además de esto, dos años después el mundo estará nuevamente con los ojos vueltos a las Olimpiadas 2016. La ciudad de Río de Janeiro es hoy noticia en los periódicos internacionales debido a la violencia y las dominaciones incontroladas de las favelas de Río por narcotraficantes. Se ve que la guerra está sin control y temo que la candidatura sea tomada de Brasil. La vergüenza nacional será peor que la falta de infraestructura para recibir a los atletas oímpicos.
Viví en una ciudad olímpica. Vi una ciudad transformarse. Solo vi beneficios. Pero Barcelona no tenía el problema social que tiene Río. Hoy más de 6 mil personas mueren por año en Río debido a la violencia de los ‘narcos’. Este fin de semana los enfrentamientos en la ciudad maravillosa han sido los más violentos de los últimos tiempos: Un helicóptero fue clavado de balas y autobuses incendiados por calles de la ciudad, se han incautado mucha droga y armas como ametralladoras y fusiles. La capacidad de la policía de retomar el control de las favelas y garantizar la seguridad durante los juegos preocupa a los dirigentes.
Creo que las transformaciones en Brasil son positivas, pero estamos siendo puestos a prueba en un momento muy prematuro. Nuestro país es capaz, pero nos falta educación para entender que el desarrollo no se hace con fecha marcada. Se hace con cambios sin prisa.
Eliana

3 comentarios:

  1. Eliana,
    Primeramente te felicito por la linda experiência que tuviste en España y por el buen artículo que hiciste sobre esta. Con relación a tu escritura, me gustaría apuntarte unas observaciones que he hecho.Escríbame después para contarme si estás o no de acuredo, ¿dale?. En la parte “No creía que teníamos que vender la imagen de Brasil, sino que teníamos que conseguir que el brasileño tuviera condiciones mínimas de educación, salud, transportes y empleo para conseguir un país digno de orgullo nacional, para después tener una buena imagen internacional”, creo que hay un acúmulo de los verbos tener y conseguir. Entonces, pensé que, por ahí, valdría la pena restructurar la frase para eliminar esas repeticiones. Lo mismo diría yo para los períodos: “Hasta hoy todo esto me preocupa. Hoy Brasil no es más un país del futuro”, en los que podrías simplemente eliminar, por ejemplo, el segundo hoy o cambiarlos por “actualmente”. En seguida, diría que está estupenda la frase “La vergüenza nacional será peor que la falta de infraestructura para recibir a los atletas oímpicos.”, muy bien estructurada y fundamentada. Finalmente solo puedo decirte que está excelente tu texto, hay en este una opinión muy clara y fuerte. Felicitaciones!

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  2. Eliana, fue un gustazo leer tu texto. Muy interesante lo que pasaste en España, lo de poner de hecho tu opinión, aunque supiera la posición de los que te evaluarían.

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  3. Muy bien, Eliana. Estoy de acuerdo que en el país nos falte principalmente educación e instrucción que nos ayude a desarrollar nuestro senso crítico. Pero es mucho más fácil desviar la atención de uno y poner en primer plan asuntos que podrían quedarse en segundo,como éste de las olimpíadas. Comparto de tu opinión de que todavía es muy prematuro la realización de los juegos en Brasil.

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