miércoles, 30 de septiembre de 2009

COMENTARIO SOBRE EL COMENTARIO DE EDMAR

Edmar ha conseguido percibir muchos elementos de modalización y adecuación en el artículo de Rosa Montero sobre Paris Hilton. Su texto está muy bien elaborado y detalla minuciosamente los aspectos lingüísticos y recursos de subjetivización que llamaron su atención.
Coloca en destaque la ironía de la autora en algunas frases: “también hacen parte de un texto en que se busca a todo momento ironizar y disminuir aquella que si es una superdotada entonces cualquier cosa puede ser posible”. También observa el tono despectivo que es utilizado en el artículo: “Rosa Montero se utiliza de palabras de connotaciones despectivas, como cuando llama a Paris Hilton de inconmensurable petarda ( línea 8 ), mentecata ( línea 17 ), intentando con eso demostrar que no se debe llevar muy en serio el resultado de su test de inteligencia.”
Comparto las ideas presentadas y me parece muy adecuada la observación sobre las estrategias de la escritora: “Es una manera inteligente de acercarse al lector con humor”

COMENTARIO SOBRE EL COMENTARIO DE LUIZA

Es interesante el comentario del artículo de Rosa Montero, escrito por Luiza. Su explicación, con relación a la preocupación de la autora “por mantener con el lector la credibilidad de lo que escribe”, es muy acertada. Estoy de acuerdo con la afirmación de que “Ambos [la autora y los lectores] se cuestionan con relación a la inteligencia que es valorada actualmente”.
Comparto la opinión con respecto a la reflexión que la autora del artículo comentado provoca en sus lectores. También comenté en mi texto ese aspecto del artículo, y considero que todas las estrategias argumentativas que Rosa Montero utiliza (citaciones de autores y libros conocidos), llevan a los lectores a plantearse una reflexión de valores.
El destaque de la utilización de algunos aspectos lingüísticos y otros recursos de lenguaje utilizados en el texto está bien detallado y ejemplificado, en especial el referido al “simulacro de charla entre padre e hija, Paris e Hilton sobre la supuesta inteligencia de ésta”.

Comentario Crítico del texto:"La asombrosa inteligencia de Paris Hilton"

La gran periodista Rosa Montero, en el texto "La asombrosa inteligencia de Paris Hilton" publicado en la revista "La Nación" el domingo 20 de enero de 2008, cuestiona la credibilidad de estos testes de inteligencia que miden el cociente intelectual de uno. Para ello, coge el resultado del test hecho por la heredera de la gran cadena de hoteles, cuyas actitudes nos hacen sospechar de la veracidad del resultado; ella ha sacado increíbles 132 puntos en el test.
El texto, cargado de ironía y humor ligero, nos hace reflexionar sobre la importancia no de tener una inteligencia fenomenal, sino actitudes nobles.
La deixis personal, justo en el inicio del texto, nos muestra claramente que la autora va a exponer un punto de vista muy particular cuando empieza con la expresión "Nunca me he fiado gran cosa de los test de inteligencia..."(l.01). A partir de ahí, ella utiliza muchos recursos lingüísticos como la sinonimia referencial (la chica, la nena, la Hilton) para referirse a Paris Hilton; la deixis personal-1ª persona de plural-con intención de llamar la atención del lector y acercarlo al texto:"Pero pongamos que no ha sido así..."(l.15); la ironía, además de expresiones coloquiales cuando compara Paris Hilton a Madonna y las clasifica en la misma categoría, digamos así: "Por cierto que también Madonna tiene un cociente alto(140 puntos) y, aunque mucho menos mentecata que Paris, tampoco parece como para tirar cohetes" (l.16).
El humor del texto está bien marcado en la línea 17, donde la autora modaliza su discurso utilizando interrogaciones de tipo" ¿Pero quién demonios quiere ser superdotado, si los superdotados son así? ¿no medirán estos test otra cosa, como el narcisismo, la superficialidad o el delirio egocéntrico?", podemos decir que la crítica ahía se hace muy sutilmente casi disfrazada por el humor.
Otro trecho de bastante ironía y que revela la opinión de la periodista sobre la persona de la heredera y que también sirve para acercar el lector es:"Y convendrán conmigo que si Paris Hilton es una superdotada entonces cualquier cosa puede ser posible, desde la cuadratura del círculo hasta la existencia de las hadas"(l.10). También la autora hace críticas al comportamiento de Paris Hilton: "Claro que a lo mejor Paris le ha comprado los resultados del test a alguna chica lista; o puede que sea papá Hilton quien se los haya regalado: "¿Que quieres para tu cumpleaños, nena?"(l.11).
En el tercer párrafo, la autora se utiliza de impersonalidad:"Dicen que la persona más inteligente del mundo es una tal de Marilyn von Savant..."(l.20), o sea, no tiene importancia si de hecho la "tal Marilyn von Savant" es la más inteligente, lo que confirma el rechazo y la incredulidad de la autora en estos test.
En el cuarto párrafo la autora explicita las calidades que considera más importantes en alguien y que contrastan con la superficialidad y futilidad de Paris:"De hecho, lo que yo entiendo por ser una persona sabias es justamente alguien así: alguien que ha vivdo, que ha visto, que ha escuchado, que ha reflexionadoy ha aprendido..."(l.37)"talvez sea eso, entre otras cosas, lo que falta a Paris Hilton: se diría que vive tan aislada en su ombligo ególatra como Robinson Crusoé en su isla desierta"(l.41).
más una vez Rosa Montero ha expuesto su más sincero punto de vista, de forma directa y sin medias palabras, hasta la última linea cuando escribe:"Si es verdad que ha sacado 132 puntos, se me ocurre que una capacidad intelectual tan alejada de cualquier referencia real, de cualquier reflexión y cualquier autocrítica, sólo puede servir, como mucho para hacer crucigramas" (l.42)
Habló muy bien.

martes, 29 de septiembre de 2009

Comentario crítico de “La asombrosa inteligencia de Paris Hilton”, Rosa Montero


Rosa Montero, periodista argentina, escribe una nota en La Nación haciendo una crítica a la supuesta inteligencia que algunas de las más conocidas artistas americanas dicen tener. Ella empieza su texto hablando de una noticia que leyó algunos días antes de escribirlo según la cual Paris Hilton sería superdotada. A partir de la citación de esta noticia, Montero desarolla un texto lleno de subjetividades, opiniones personales y modalizaciones en lo cual el tema principal no es otro que la futilidad de personas como Paris Hilton y Madonna en comparación con la verdadera maduración y socialización del ser humano.
El título, “La asombrosa inteligencia de Paris Hilton”, nos trae un sintagma nominal en que ya podemos identificar razgos de modalización: el uso del adjetivo “asombrosa”, extremamente cargado de valor subjetivo. La idea introducida por ese título es retomada y desarrollada luego en el segundo párrafo, quando Rosa Montero explica porque la inteligencia de Hilton es asombrosa. Al hacer esta explicación, la autora también destruye la ambiguidad de la palabra “asombrosa” pues a traves del título no se podía saber se aquella palabra estaba puesta como un elogio o como una ironía.
Después del desarrollo del tema del título, la autora sigue hablando del tema “inteligencia” de las personas y del ser humano en general a partir de sus creencias, juicios y ponderaciones basadas en reflexiones y vivencias personales. Algunas marcas explícitas de esa subjetividad del texto vemos en el uso de la primera persona verbal: “Nunca me he fiado...” (línea 1), “Siempre sospeché...” (línea 7), “Cuanto más vieja soy...” (línea 24) y “...lo que yo entiendo...” (línea 37).
Otra questión que percibimos en la nota de Montero es el constante tentativo de acercarse al lector y mantenes así un tono coloquial. Eso está por ejemplo en el uso del “nosotros” y de reflexiones a través de preguntas que parecen dirigirse a quién lee el texto: “Pero pongamos que no haya sido así. Pongamos que, en efecto...” (línea 15), “Seguramente todos conocemos a personas...” (líneas 34) y “ ?Pero quién demonios quiere ser superdotado, si los superdotados son así?” (líneas 17-18).
Un ultimo razgo que tenemos en el texto de Rosa Montero y que ven completar su tono coloquial es el registro lingüístico utilizado, lo cual, a pesar de ser culto, está lleno de coloquialismos: tontería, tomar a pies juntillas, quién demonios quiere y aislada dentro de su ombligo ególatra.

lunes, 28 de septiembre de 2009

La Asombrosa "Inteligencia" de Paris Hilton

Comentario Crítico acerca de: La asombrosa inteligencia de Paris Hilton

Rosa Montero en su texto publicado en La Nación nos trajo la noticia de que Paris Milton fue considerada una superdotada por un test de inteligencia utilizando eso para reflexionar, además del resultado de Paris Milton, acerca de estos test y la inteligencia en comparación a la humanización de las personas (párrafo cinco) respectivamente.
Desarrollado en cinco párrafos, escribe en el primer la introducción a lo de los test y les pone en duda, retoma su sospecha en el segundo, irónicamente , ejemplificando con el resultado de Paris Milton “claro que a lo mejor Paris le ha comprado los resultados del test a alguna chica lista, o puede que sea papa Hilton que se los haya regalado”. El tercer párrafo es empezado con la construcción “Pero pongamos que no ha sido así“ lo que enlaza el párrafo anterior y también muestra un indicio de subjetividad de la autora El verbo en tercera persona del plural de subjuntivo pone la autora en proximidad al lector. En el cuarto párrafo empieza la introducción del último tema que es la inteligencia en detrimento de la humanización de uno “…para ser un artista no basta con el talento, al contrario, he visto (sinal de subjetividad) a mucha gente genial perderse para siempre…mientras que otros menos dotados, pero más perseverantes…han terminado siendo grandes artistas”. El quinto párrafo retoma la reflexión del cuarto y lo de Paris Hilton para la conclusión del texto “tal vez sea entre otras cosas, lo que le falta a Paris Hilton”.
Texto escrito en lenguaje formal, sin expresiones vulgares pero presenta adjetivos despectivos “que la inconmensurable petarda de Paris Hilton” , “aunque mucho menos mentecata que Paris”. Hay la presencia explicita de la autora con el uso de deixis personales como en “…me he fiado”, “me parece”, “siempre sospeché” y “cuanto más vieja soy”, representados por verbos en primera persona de singular.
El uso de los verbos “fiar”, “parecer” , “entender”, la expresión “más claro tengo” y frases interrogativas como “¿ Pero quién demonios de la quiere ser superdotado, si los superdotados son así?, el adverbio subjetivo supuestamente en “ Paris Hilton es supuestamente, una superdotada”, son indicios de la subjetividad de a autora, y a la vez son modalizaciones que ella usa. La relación autor-lector en el texto es muy próxima , la autora se pone al lado del lector en frases como “y convendrán conmigo…”, aquí queda muy claro la relación y su intento de provocar la empatía del lector. En “Pero pongamos que no ha sido así “la autora hace un llamado para que pensemos como ella. Lo que nos hace definir el lector modelo como aquel que comparta con ella o por lo menos se acerque de su opinión.
El texto no exige conocimientos científicos, aunque en el primer párrafo ella habla acera de los test de inteligencia y los de Rorschach y el conocimiento acerca de esto nos auxilia en la comprensión de este párrafo y en el quinto párrafo hay la alusión directa a Robson Crusoé pero nada muy profundizado.
Hay el uso de deixis temporal como “nunca” en el primer párrafo y “siempre” y “ahora” en el segundo, la autora las utiliza para reforzar su opinión acerca de los test “nunca me he fiado gran cosa de los test…”, “siempre sospeché, pues, qu estas pruebas eran una tontería, pero ahora ya estoy segura de ello”, de forma maestral ella pone en el mismo contexto esas deixis dicotómicas.
La ironía es un recurso usado en el texto incluso en el título “La asombrosa inteligencia de Paris Hilton” y en “si Paris Hilton es una superdotada cualquier cosa puede ser posible desde la cuadratura de un circulo hasta la existencia de las hadas”.
Rosa Montero usa su humor ácido para enseñar su posición en relación de los test descreyéndolos, así como criticar a Paris Hilton y mostrarnos que, según ella, la inteligencia no puede ser medida en un test ni tampoco es la garantía de éxito de las personas.

domingo, 27 de septiembre de 2009

Texto 2: Comentario crítico del texto La asombrosa inteligencia de Paris Hilton

La consagrada periodista Rosa Montero discurre respecto a la inteligencia egoísta de las personas. En una columna del periódico La Nación esta madrileña escribe su texto argumentativo, de tono irónico y provocador, sobre el papel de las personas inteligentes en la sociedad y usa el resultado del test de inteligencia de Paris Hilton para impulsar la discusión de ideas que propone.

El primer enunciado del texto marca la subjetividad que vamos a encontrar hasta el final del mismo. Al empezar con un adverbio tan enérgico como “nunca” seguido del verbo en 1ª persona del singular “me he fiado”, nos damos cuenta que Rosa Montero parte de sus propias opiniones y lo deja muy claro. No solo la novelista está presente como también quiere que el lector esté, cuando lo acerca a través de un “ya saben”, aún en la primera línea del primer párrafo.

Su tema central, la inteligencia egoísta, se divide en cuatro ideas principales a lo largo de los cinco párrafos del texto: en el primer párrafo queda evidente la opinión de la madrileña sobre la inutilidad de los test de inteligencia; en el segundo la autora aporta el ejemplo de Paris Hilton, una supuesta superdotada, para ratificar lo que afirma en el párrafo anterior; en el párrafo siguiente presenta el tema central a partir de la pregunta sobre lo que miden los test de cociente intelectual; el cuarto párrafo nos transmite la idea de que el talento no vale de nada sin la perseverancia y la disciplina; y en el último párrafo se rescata el tema central que ya había sido expuesto dos párrafos antes: la inteligencia egoísta y deshumanizada no es nada en la vida.

Rosa Montero construye su argumento basándose en Paris Hilton y, a lo largo de los cinco párrafos, se refiere a la socialité utilizando coloquialismos como “petarda” y “mentecata” que son muy informales y denotan la posición irónica de la escritora hacia la “nena”, “la Hilton” superdotada. El uso de la expresión “para tirar cohetes”, acerca de la capacidad intelectual de Madonna, marca una vez más la subjetividad de lo que enuncia Montero.

No obstante, para que el texto sea comprendido por los lectores, es importante saber quién es esta chica que sirve de ilustración, o sea, el argumento de la periodista cuenta con conocimientos enciclopédicos del receptor, incluso a la hora de presentar el tema de los test de inteligencia de “Rorschach”. Sin embargo, la autora ofrece la explicación del término presentado anteriormente, facilitándole al lector su significado y permitiendo mayor alcance de su opinión, ya que que si alguien no consigue decodificarlo tampoco podrá entender una de las ideas desarrolladas.

La ironía se hace presente en el texto, como en la frase “cualquier cosa puede ser posible, desde la cuadratura del círculo hasta la existencia de las hadas” en la cual cita ejemplos de cosas casi imposibles, comparándolas a la inteligencia extraordinaria de Paris Hilton, cuestionada irónicamente con el adverbio “supuestamente” en la octava línea. El Guinness también es satirizado, definido como un sitio perfecto para publicación de “tonterías”. Como la opinión de la escritora se manifiesta muy claramente, el lector modelo esperado será aquel que comparta sus ideas y, para conseguir afiliados a lo que afirma utiliza verbos en la primera persona del plural (“pongamos”, “somos animales sociales”, “todos conocemos”), que supone la participación de la persona que lee, o por lo menos su reflexión.

Hasta el segundo párrafo, Rosa Montero está convencida de que Paris no es una superdotada. Eso, según la autora, sería algo de conocimiento general (“Y convendrán conmigo”). Sin embargo, el tercer párrafo utiliza esta misma verdad compartida para presentar su tema de discusión y la autora lo hace a partir de la conjunción adversativa “pero”, seguida de la forma “pongamos”. Esta construcción le permite llegar al lector e invitarlo a pensar con ella, en este caso, propone una reflexión acerca de cuál es la verdadera importancia de ser superdotado.

La novelista amplía el tema, relacionando la inteligencia a la humanización. Para eso, convoca a su interlocutor a recordar a aquellas personas sin estudios que poseen una gran inteligencia emocional. En el párrafo hay la presentación de una moraleja: los hombres son animales sociales, por tanto deben vivir junto con los otros y preocuparse por ellos. La frase final de la periodista rescata y refuerza su opinión hacia Paris Hilton, una chica alienada y que sirve para confirmar que los test de inteligencia en verdad no miden nada.

sábado, 26 de septiembre de 2009

Comentario critico de La asombrosa inteligencia de Paris Milton de Rosa Montero.

En la columna La Nación, Rosa Montero expone un texto opinativo, presentando su disconformidad con relación a test de inteligencia que establece un nivel de capacidad mental de uno mayor que de otros. Esa opinión constituye el tema del texto, que se desarrolla en cinco párrafos, por medio de las afirmaciones y cuestionamientos de la autora.

La periodista demuestra su indignación para con personas que creen como seguros y precisos los testes de inteligencia, que parecen indicar “cociente intelectual, inteligencia abstracta, superdotados” altísimo, simplemente, porque uno consigue resolver problemas de álgebra con más facilidad. Dichas palabras funcionan como sinonimia, contribuyendo a la variedad léxica dentro de la argumentación del texto, en el cual Rosa Montero se posiciona de forma impersonal usando la 1ª persona del plural “nuestra, pongamos, somos” para ganar la empatía de los lectores. Además, en el artículo, hace uso de un lenguaje informal, con palabras coloquiales, como “nena, porfa”, para aproximar más del lector, incluso explícita referencia a los interlocutores en: “Ya convendrán conmigo…”(l.10).

En el primer párrafo, Montero deja claro su opinión, por medio de la presencia del pronombre en 1ª persona y el adjetivo subjetivo en: “nunca me he fiado gran cosa de los test de inteligencia”(l.1). Y los adjetivos valorativos “impreciso e incierto, peregrino”(l.05). Para tanto, se trasparece en todo que enuncia, en el texto, usando los verbos en primer persona, en mayoría.
Con el verbo “sospeché”, en el según párrafo, la periodista opina acerca de la superficialidad de las pruebas que fueron comprobadas cuando Paris Hilton recibió la calificación de superdotada. Y refuerza la opinión con los adverbios de subjetividad “ya estoy segura de ello”(l.7), “supuestamente”(l.8). Bien como, expone preguntas irónicas como “¿Qué quieres para tu cumpleaños, nena?”. “Un cociente intelectual de superdotada, porfa”(l.13-14), para que el lector pueda compartir la opinión de la autora, y percibieren que los test de cociente son tonterías.

Ahora bien, como lector modelo se debe accionar conocimientos que se piden desde el título acerca de quién o lo qué es “Paris Milton”, para comprender la ironía del artículo. Los lectores pueden inferir que la supuesta superdotada no tiene tanta capacidad mental para califícala en los libros de Récords, ya que, si alguien conoce a Paris Hilton, sabrá que es una modelo con actitudes superficiales y, a veces, fútiles. Por lo tanto, uno puede pensar que en los testes de cociente intelectual ocurren fraudes, incluso, si la persona es una mujer muy bonita, conocida por su cuerpo y no por su inteligencia. Esa ironía se hace presente en toda escritura, con el objetivo de criticar a los test de inteligencia en: “Y convendrán conmigo que si Paris Milton es una superdotada entonces cualquier cosa puede ser posible, desde la cuadratura del círculo hasta la existencia de las hadas.” También en el último párrafo: “Si es verdad que ha sacado 132 puntos, se me ocurre que una capacidad intelectual tan alejada de cualquier referencia real, de cualquier reflexión y cualquier autocrítica, sólo puede servir, como mucho, para hacer crucigramas.”

En el tercer párrafo, al establecer una comparación con Madonna, se supone que el lector conoce a esa cantora, la cual tiene un poco más de inteligencia que Paris, por medio del adjetivo “mentecata”. Sigue con las preguntas a fin de argumentar mejor sobre su punto de vista en el cuarto y quinto párrafo, cuyo argumento refiere al Guinness de los Récords, que para la autora son una tontería. Quizá, Rosa Montero intenta exponer que esas pruebas de medición de inteligencia sirven para expandir más el narcisismo y superficialidad de personas que participan de aquél libro. Pues, en ese gran libro, no se considera la vivencia de cada uno, las varias experiencias en la vida, solamente, involucran en contenidos aislados, como los problemas algebraicos, que los test exigen.

Para terminar, tras la construcción de los argumentos, se concluye que Rosa Montero ha dejado muy claro su interés en criticar los test de inteligencia, que califican personas como intelectuales, pero que no son merecedoras del título de “superdotadas”.
Por Roseane Bomfim

Comentario Crítico de "Venganza Académica

A través del texto "Venganza Académica", el renombrado escritor Arturo Pérez-Reverte expone su indignación por los lectores que escriben a los vehículos de comunicación con la intención de criticar y denunciar posibles errores que obras recién publicadas puedan contener.
Para ello Pérez-Reverte utiliza una columna en el cuaderno de cultura delperiódico "La Nación" el 01 de Marzo de 2008.
El texto, aunque critique los "cazadores de erratas" profesionales en general(término irónico utilizado pelo autor en la línea 22), es dirigido particularmente a un profesor de literatura que escribió a la Real Academia Española con laintención de denunciar un error cometido por Pérez-Reverte.
Por el hecho de que este profesor no se haya identificado, Pérez-Reverte escogió bien el vehículo para publicar su artículo; un periódico de gran circulación y un cuaderno direccionado justamente alperfil de lector que quería alcanzar.
A lo largo de cinco párrafos, Pérez-Reverte se utiliza de muchos recursos lingüísticos para hacer su texto aún más mordaz. En el primer párrafo, utiliza metáforas para decir que una obra demenda mucho esfuerzo y por eso es como el acto de "parir"(l.04).
En el segundo párrafo, demuestra todo su respeto por sus compañeros de oficio y añade que no es su costumbre hacer críticas a sus obras por que para eso es "hay doctoresen el asunto"(l.20), lo que podemos interpretar como una punzada en sus críticos.
En el cuarto párrafo encontramos téminos vulgares(tocapelotas, l.30); coloquialismos(el fulano, l.34) y mucha ironía en términos y expresiones utilizadas para referirse al dicho profesor como por ejemplo las expresiones "todo un profesor de lengua y literatura"(l.32) y "el fulano"(l.34)
El lenguaje utilizado por Pérez-Reverte es lo más curioso, pues son términos y expresiones que no son comunes en textos de académicos. Su venganza es justamente jugar con palabras y mostrar que posee total ,libertad y competéncia de mezclar expresiones, desde la que integran el habla popular hasta las que no podríamos comprender sin la ayuda de diccionarios.

Comentario del texto “La asombrosa inteligencia de Paris Hilton” – Rosa Montero

La escritora y periodista española Rosa Montero en su comentario, que salió en la Revista “La Nación” (domingo 20 de enero de 2008), a través de un texto argumentativo formado por cin co interesantes párrafos, utilizando la primera persona, demuestra su insatisfación por el test de inteligencia realizado, en este caso especial, con la polémica y millonária estadounidense Paris Hilton.

Podemos observar que en el primer párrafo Rosa Montero ya demuestra sus conocimientos enciclopédicos al hablar de los test de Rorschach, que según la Wikipedia es:
“... una técnica y método proyectivo de psicodiagnóstico creado por Hermann Rorschach (1884-1922). Se publicó por vez primera en 1921 y alcanzó una amplia difusión no sólo entre la comunidad psicoanalítica sino en la comunidad en general.
El test se utiliza principalmente para evaluar la personalidad. Consiste en una serie de 10 láminas que presentan manchas de tinta, las cuales se caracterizan por su ambigüedad y falta de estructuración. El psicólogo pide al sujeto que diga qué podrían ser las imágenes que ve en las manchas, como cuando uno identifica cosas en las nubes o en las brasas. A partir de sus respuestas, el especialista puede establecer o contrastar hipótesis acerca del funcionamiento del sujeto.”
La periodista también demuestra su opinión controversa con el test utilizando frases como: (“nunca me he fiado gran cosa de los test de inteligencia, de los test de Rorschach...” L.1), (“... y creer que se puede medir con seguridad y precisión algo tan impreciso e incierto como nuestra trastienda mental.” L.4), continua argumentando en el 2º párrafo, coherente con el primero, con su critica al test echo con la “superdotada” Paris.

Es necesario observar que todo el texto es fuertemente marcado por la informalidad (“un cociente intelectual de superdotada, porfa.” L.14) o (“dicen que la persona más inteligente del mundo es una tal Marilyn.” L.20). El conector aditivo “Y” es presente en casi todo el texto, principalmente en el último párrafo sumando las informaciones.

La escritora, basada en sus conocimientos y opiniones personales discute la actuación intelectual de Paris como si la millonaria jamás tuviese alguna capacidad para esto. Por eso, en el último párrafo hace y expone sus varias opiniones, sin se olvidar de Paris Hilton (“como una alejada de cualquier referencia real” L. 44).

Son presentes en el texto principalmente los conectores aditivos sumando informaciones, los indices de subjetividad con los adjetivos valorativos (se hizo más o menos popular. L.33), y principalmente el uso de la deixis personal (“Siempre sospeché, pues, que estas pruebas...” L.7), proceso utilizado en todo el texto.

Paris Hilton llegando al Hotel Hilton

Edmar -Comentario crítico del texto La asombrosa inteligencia de Paris Hilton

Texto de Rosa Montero, de la revista La Nación, del 20 de enero de 2008, recogido en internet del sitio lanacion.com.ar, cuyo tema es cómo a los test de inteligencia se le deben tener una cierta desconfianza.
El texto está distribuido en 5 párrafos. En el primero la autora hace la introducción de la idea que tiene acerca de los test , cuando relata que nuestra trastienda mental es algo tan impreciso e incierto ( línea 5). En los siguientes 3 párrafos, Montero desarrolla sus argumentos en contra a los test, poniendo como ejemplo a Paris Hilton, de quien duda de la veracidad del resultado del test – a lo mejor Paris le ha comprado los resultados- (línea 11). Otras personas son mencionadas, con el propósito de compararlos a Hilton, como Madonna ( línea 16 ), Einstein ( 24 ), como también otros menos dotados, pero más perseverantes ( 27 ).Concluye en el quinto párrafo con elogios a alguien que ha vivido, visto, escuchado, aprendido ( línea 38 ), cosas que según la autora fallan a la egocéntrica Paris Hilton ( líneas 41 y 42 ).
Rosa Montero, en un texto argumentativo, se exhibe en primera persona – nunca me he fiado ( primera línea) y dialoga con los lectores en segunda persona del plural – ya saben ( línea 1), convendrán conmigo ( 10). La subjetividad aparece cuando escribe en indicativo - ya estoy segura de ello ( línea 7 ), más claro tengo (24), se me ocurre que(43 ). Se utiliza de sustantivos que esconden juicios de valor- petarda ( línea 8 ), de frases interrogativas como en las líneas 17 y18-...no medirán estos test otra cosa, como el narcisismo, la superficialidad o el delirio egocéntrico?-. Los adjetivos valorativos y subjetivos están también en el texto como por ejemplo en la línea 12 – chica lista-, 24-superferolítico cerebro , como el ombligo ególatra de la 42. Otra modalización se percibe con el uso del adverbio subjetivo supuestamente ( línea 8 ).
La autora alude a un posible diálogo que el padre de Paris Hilton haya tenido con ella, en que le regala el resultado de un test de cociente intelectual ( líneas 13 y 14 ). Es una manera inteligente de acercarse al lector con humor, como también de recordar a todos que se trata de una familia de millonarios, donde la plata los hace famosos y poderosos. Rosa Montero se utiliza de palabras de connotaciones despectivas, como cuando llama a Paris Hilton de inconmensurable petarda ( línea 8 ), mentecata ( línea 17 ), intentando con eso demostrar que no se debe llevar muy en serio el resultado de su test de inteligencia.Los coloquialismos - tampoco parece como para tirar cohetes ( línea 17) también hacen parte de un texto en que se busca a todo momento ironizar y disminuir aquella que si es una superdotada entonces cualquier cosa puede ser posible ( 11) . Montero aparece explícitamente cuando habla en primera persona de singular – estoy segura, acabo de leer ( línea 7 ), he visto ( línea 26 ). En el cuarto párrafo surge la impersonalidad cuando escribe sobre el cociente intelectual de Marilyn Vos Savant- Dicen que la persona... ( línea 20 ). Con eso, Montero no se responsabiliza por los datos mencionados. En relación a los conocimientos enciclopédicos, ellos son necesarios cuando la autora desarrolla su argumentación citando en sus ejemplos a Madonna ( línea 16 ), a Einstein ( 23 ), al Libro Guinness de los Récords ( 22 ), a Robinson Crusoe ( 42 ) y hasta mismo a Paris Hilton y su papá ( 12 ), sin decir de que se ocupan, de dónde son, etc.
Concluye el texto sin llevar a Paris Hilton a la hoguera. Para Rosa Montero,una persona sabia es alguien que ha vivido, que ha visto, que ha escuchado, que ha reflexionado y ha aprendido ( 38). Esa persona no sería Paris Hilton, cuya capacidad intelectual sólo puede servir, como mucho, para hacer crucigramas (línea 45).

miércoles, 23 de septiembre de 2009

COMENTARIO SOBRE EL COMENTARIO DE MARCIO


Marcio ha conseguido realizar un excelente comentario crítico del texto de Pérez-Reverte. He leído cada una de sus acertadas consideraciones y estoy de acuerdo con ellas, tanto en su argumentación crítica, como en el detalle de los recursos lingüísticos y literarios.
Con un lenguaje muy depurado y de un modo progresivo trata los diferentes párrafos, explicando la intención del autor, la modalización que utiliza para llegar a los lectores, consiguiendo así una proximidad con ellos.
Del mismo modo que Pérez-Reverte, Marcio utiliza un registro de lenguaje más íntimo, coloquial, de conversación con los lectores: “No hay que hacerse de listo, porque listo somos todos y no somos ninguno!”, también en: “divierte, haciéndonos zambullir en su narrativa”, y “estamos con humor de perros y no estamos para bromas”.
El “Comentario muy personal” lleva un título que llama la atención por el uso del adverbio muy, y realmente se trata de una opinión bien personal, subjetiva, utilizando una modalización oracional con las exclamativas: Hombre!, Sí!, Si me lo permite, voy a dar mi opinión sincera sin pelos en la lengua!
El final del texto es una frase muy bien elaborada, un consejo sobre la conducta humana que convida a la reflexión: “Un hombre se hace un gran hombre cuando no se molesta con los errores de los demás, sino que perdona y con ellos aprende a vivir en sociedad”.

COMENTARIO CRÍTICO DEL TEXTO: LA ASOMBROSA INTELIGENCIA DE PARIS HILTON

COMENTARIO CRÍTICO DEL TEXTO: LA ASOMBROSA INTELIGENCIA DE PARIS HILTON

La conocida periodista de suceso Rosa Montero manifiesta su desconfianza en los test de inteligencia, los test de Rorschach y los test en general, para presentar su opinión a los lectores a respecto de los resultados del cociente intelectual de Paris Hilton. A través del género periodístico, la autora alude explícitamente a una persona bien conocida del jet set internacional.
El enfoque de la enunciación de este texto argumentativo, que tiene una estructura de cinco párrafos, está presente en el mismo título, en el cual Rosa Montero establece con ironía el tema que tratará: La asombrosa inteligencia de Paris Hilton. La utilización del adjetivo calificativo asombrosa es un recurso de modalización que subjetiviza la intención despreciativa de la autora y deja claro su punto de vista desde el inicio del discurso.
En el primer párrafo se distingue el concepto de lúdico que la periodista otorga a los test en general, expresando una idea principal de desconfianza en todos los test: No están mal como juego. (l. 2-3). Nunca me he fiado gran cosa de los test de inteligencia (l. 1). Esto se confirma en el segundo párrafo: Siempre sospeché, pues, que estas pruebas eran una tontería, pero ahora ya estoy segura de ello (l. 7). También en este párrafo el enunciado tiene un tono específico, pues es desarrollado con ironía y expresiones despectivas y exageradas al referirse a la inconmensurable petarda de Paris Hilton (l. 8). Con un registro coloquial, íntimo, Rosa Montero conversa familiarmente con los lectores, invitándolos a estar de acuerdo con sus consideraciones: Y convendrán conmigo que si Paris Hilton es una superdotada entonces cualquier cosa puede ser posible (l. 10) y deja evidente que si Paris es una superdotada, con 132 puntos de resultado en los test, surge una duda, que involucra una reflexión con dos posibilidades: Claro que a lo mejor Paris le ha comprado los resultados del test a alguna chica lista; o puede que sea que papá Hilton quien se los haya regalado (11-12). Quienes tienen de todo suelen demostrar caprichos raros. (l. 14).
A seguir, en el párrafo tres, Rosa Montero comparte sus suposiciones con los lectores y compara los resultados de Paris Hilton (132 puntos) con otra personalidad del mundo artístico: Madonna (140). También compara la falta de sensatez y buen sentido: aunque mucho menos mentecata que Paris, tampoco parece como para tirar cohetes (l. 16-17). La periodista busca la empatía de los lectores al utilizar las oraciones interrogativas para demostrar que no es necesario ni importante ser superdotado: Pero quién demonios quiere ser superdotado, si los superdotados son así? No medirán en realidad estos test otra cosa, como el narcisismo, la superficialidad o el delirio egocéntrico? (l. 17-19). Debemos convenir que la autora no economiza ironía ni tono despreciativo al referirse a la inteligencia de Paris Hilton y de Madonna.
En el cuarto párrafo Rosa Montero avanza en su exposición del tema, trayendo informaciones y haciendo uso de la intertextualidad al referirse directamente al Libro Guinness de los Récords. Pero lo hace de modo despectivo y desdeñoso: lo dice el Libro Guinness de los Récords, que es el sitio perfecto para estas tonterías (l. 22-23). Dentro del conocimiento enciclopédico también menciona Einstein, reconocido por su inteligencia excepcional, pero que sólo rondaba al parecer los 150 puntos (l. 31). En este párrafo la autora compara la inteligencia de Einstein con la escritora Mailyn vos Savant con 228 puntos de cociente intelectual, pero que no parece que haya hecho gran cosa con su superferolítico cerebro (l. 23-24). El uso de este adjetivo exagerado subjetiviza la intención de la autora de contrastar la actividad productiva del genio renombrado con una escritora cuya obra es pulida y afectadamente delicada, nada más. De modo constante, el texto desarrolla una progresión que consigue, en el final del cuarto párrafo, una reflexión de valores: Para ser un artista no basta con el talento; al contrario, he visto a mucha gente genial perderse para siempre y no hacer nada, mientras que otros menos dotados, pero más perseverantes, más disciplinados y con la suficiente humildad como para saber aprender, han terminado siendo grandes artistas. (l. 26-29).
En el quinto y último párrafo, la cohesión se manifiesta con el conectivo lexical Y esta misma reflexión puede aplicarse a todos los demás campos de existencia (l. 30), y permite a Rosa Montero
la explanación de sus últimas consideraciones. El tema de los test de inteligencia y la improbable dotación intelectual de superdotada de Paris Hilton y otras personas como ella se expande, adquiere mayores contornos, abarcando la sabiduría, la madurez y la sensatez humanas. Nuevamente hay una referencia explícita a conocimientos enciclopédicos al citar el famoso náufrago Robinson Crusoe, que relató sus memorias, comparando Paris Hilton que vive tan aislada dentro de su ombligo ególatra como Robinson Crusoe en su isla desierta (l. 42).
Existe en el texto una variación lingüística de registro, que puede ser ejemplificada a través del uso coloquial, íntimo, con características de la oralidad: ya saben (l. 1), Pero quién demonios quiere ser superdotado? (l. 17), se me ocurre (l. 43). También se usan expresiones más formales: Una inteligencia abstracta capaz de resolver formidables problemas algebraicos no es nada en la vida si no se humaniza (l. 30-31).
Se distinguen en el texto algunas voces. El autor real, Rosa Montero conversando con sus lectores reales en primera persona, usando deixis personal: lo que yo entiendo (l. 37), son capaces de iluminarte la vida (l. 34). Enunciadores: el señor Hilton y su hija supuestamente dialogando, en estilo directo: “Que quieres para tu cumpleaños, nena?”, “Un cociente intelectual de superdotada, porfa.” Está inserido también aquí el uso de lenguaje familiar, coloquial nena, porfa (por favor).
Se observan elipsis en los siguientes ejemplos: No están mal como juego (l. 2-3), siempre sospeché (l. 7), Cuánto más vieja soy (l. 24, sé bien (l. 25), he visto (l. 27), Somos animales (l. 28). En este último ejemplo vemos el lector inscripto en el texto por el uso del plural globalizado, el verbo en la primera persona del plural.
Rosa Montero pone en duda la credibilidad de los resultados de los test de cociente intelectual: Siempre sospeché, pues, que estas pruebas eran una tontería, pero ahora yo estoy segura de ello: acabo de leer en los periódicos que la inconmensurable petarda Paris Hilton es, supuestamente, una superdotada (l. 7-8), y la Hilton, dicen, sacó 132 (l. 9-10). Sus dudas se acentúan al usar la modalización oracional interrogativa No medirán en realidad estos test otra cosa, como el narcisismo, la superficialidad o el delirio egocéntrico? (l. 18-19). La autora manifiesta la intencionalidad del discurso, hacer pensar a sus lectores respecto de los defectos y la frivolidad. Con un lenguaje de función apelativa usa recursos lingüísticos destinados a persuadir: Pero quién demonios quiere ser superdotado si los superdotados son así? (l. 17). Y convendrán conmigo que si Paris Hilton es una superdotada entonces cualquier cosa puede ser posible, desde la cuadratura del círculo hasta la existencia de las hadas (l. 10-11). Es enfática la expresión de imposibilidad de que Paris sea superdotada, así como es imposible un círculo ser cuadrado o que seres imaginarios dotados de poder mágico, como las hadas, puedan existir.
Rosa Montero considera la mente humana un receptor y elaborador impreciso e incierto (l. 5) de cosas escondidas, una trastienda mental (l. 5), cuya medición es tan improbable que parece un empeño peregrino como pretender contar las gotas de agua del océano (l. 5-6). Esta frase hecha, que revela el ansia de la humanidad de conseguir imposibles, refuerza la intención de demostrar a los lectores lo que ha sido enunciado.
El uso del sustantivo superdotado (aparece seis veces en el texto) tiene una connotación peyorativa y conduce progresivamente la narrativa para el análisis que la autora realiza en el último párrafo. Exalta las cualidades de personas sin estudios, ni títulos, ni grandes conocimientos intelectuales y que, sin embargo, son capaces de iluminarte la vida (l. 34-35).
Rosa Montero comparte con los lectores, a través de una complicidad que se fue entretejiendo a lo largo del texto, un tema trascendente, como el comportamiento humano y el convivio social. Prefiere el uso del adjetivo sabia para referirse a la persona humanizada: lo que yo entiendo por ser una persona sabia es justamente alguien así: alguien que ha vivido, que ha visto, que ha escuchado, que ha reflexionado y ha aprendido. (l. 37-38). Esos son los verdaderos valores humanos y tal vez sea eso, entre otras cosas, lo que le falta a Paris Hilton (l. 41).
El texto deja como conclusión lo que realmente importa en las personas: El proceso de maduración de los humanos pasa necesariamente por esa actitud social y emocional; pasa por intentar entender los propios sentimientos y los de los demás. (l. 38-39), pues somos animales sociales y no hay vida digna de llamarse así si no se vive de alguna manera junto con los otros. (l. 40-41).

COMENTARIO SOBRE EL COMENTARIO DE GERALDO

Al leer este comentario concordé con muchos de los aspectos señalados por Geraldo. Son muy interesantes los ejemplos de ironía destacados, como también la mención de metáfora, al referirse a la producción de una obra, y la intertextualidad con la Biblia.
Sin embargo, no comprendí porque destaca que el “segundo y tercer párrafo empiezan con el demostrativo “eso”, pues el tercer párrafo comienza con otra palabra “lo”, y el cuarto con “Volviendo”. Ya en el quinto y último se encuentra la conclusión.
Con relación a los errores encontrados por los lectores, mi opinión es diferente, pues Pérez-Reverte está criticando “los cantamañas y los listillos tocapelotas”, que corrigen los errores del escritor cometiendo ellos mismos gazapos, por ignorar un determinado asunto en el que se creían expertos, lo que hace que el escritor corregido sienta placer “al ver cómo se columpian”, es decir, cómo se equivocan y hacen el ridículo. También reconoce que “el cazador de erratas profesional” le recuerda “que, por mucho que sepas de algo, siempre habrá alguien que sabe más que tú”.
El uso de “fulano”, más que indiferencia por parte del autor para con los buscadores de gazapos, parece ser una expresión despectiva.
Los ejemplos de ironía están bien identificados, así como la complicidad del escritor con sus lectores.
Creo que en la frase “ y para eso utiliza como moralización los coloquialismos”, debe referirse a la modalización usada por el escritor para conseguir acercarse a sus lectores.
Me pareció muy bien desarrollado el último párrafo antes del comentario personal, y éste último también es muy objetivo y expresa una opinión que comparto totalmente, pues considero que todo texto debe ser leído y apreciado, ya que toda persona que se dispone a escribir merece respeto y admiración, aunque cometa errores o no estemos de acuerdo con ella.

domingo, 20 de septiembre de 2009

Comentario Critico del texto "Venganza académica" de Arturo Pérez-Reverte

Arturo Pérez-Reverte expone, en el artículo Venganza académica, su punto de vista con relación a la dificultad para escribirse una novela. Pero la manera con que discurre es astuta y critica. El tema del texto constituye una cierta indignación con intelectuales, sobre todo, un profesor que le denuncia errores, supuestamente, presentes en la última novela del periodista.

En la primera frase, en el primer párrafo, el autor invita al lector a participar del tema por medio de la deixis personal “les” en “Alguna vez les he contado (…)”, para sugerir un acercamiento a sus lectores. Éstos, a la vez, son mencionados en el texto con verbos en 2ª persona: “escribes”, “sepas”, dejando claro la presencia de los interlocutores.

Ahora bien, cada vez que los modalizadores se articulan en el texto, enfatiza a los seguidores del académico algo para reflejar respeto al acto de escribir una “obra que uno acaba de parir”, o “un artefacto complejo”. Con esa proximidad, se percibe, en el segundo párrafo, que el lector modelo será quien muestra empatía con el periodista, quien comprende el esfuerzo del novelista en escribir un libro.

Así, lo que los lectores pueden inferir es que la escritura involucra un nivel superior, académico, y es ejemplificado, en el tercer párrafo, cuando el autor pone jergas especificas del medio marítimo - “lugre, molinete, cabrestante”. Incluso, el lenguaje informal en primera persona, como “he contado, supongo”, deja explícito la presencia del autor, cuyas opiniones expresan su articulo contra personas supuestamente intelectuales.

La ironía se hace frecuente, principalmente, cuando se encuentran sustantivos que esconden juicios de valor, en el cuarto párrafo, como “fulano”, "listillos tocapelotas”, como si la persona que hizo la denuncia fuera cualquiera uno, sin importancia de los apuntes enviados a la RAE. Ese tono ironico muestra la disconformidad del miembro de la RAE “cazadores de erratas profesional”, “autores pervesos”, o sea, el autor confiere más una posición argumentativa de que él domina muy bien las cuestiones lingüísticas, y aunque su novela contenga posibles errores eso no perjudica toda la obra. Las palabras dichas en tono peryorativo, citadas arriba, aluden a sinonimia para lograr éxito cuanto a variaciones del vocabulario de modo que se evitan repeticiones. De ahí, sigue con el lenguaje informal, con los coloquialismos: “poner gambas”, “goteándome el colmillo”.

Pérez-Reverte remite a la idea que los lectores pueden y deben opinar respeto a posibles errores de obras publicadas, con todo, hay formas de hacerlo. Entonces, cargado de subjetividad, a través de procedimientos gramaticales diversos, él expone su presencia con verbos en primera persona del plural, a verse: “recibimos el primer ejemplar”, “abrimos al azar”, “ponemos trampas”, con intuito de acercase al público de él.

En el último párrafo, Pérez-Reverte comenta su opinión con la frase “Hay día que me encanta ser académico” volviendo al tema de la crítica al profesor, pero asumiendo la posición de un catedrático miembro de la Rae, periodista y novelista, es decir, que el denunciante se equivocó, los errores podrían ser intencionales, que antes de hacer denuncias deberían procurar al escritor para confirmálos.
Por Roseane C.S. Bomfim

la futilidad alcanza su punto máximo: Paris Hilton entrevista a Lady Gaga "the best gogo girl of the world" en las palabras de heredera millonaria

comentario crítico de "La asombrosa inteligencia de Paris Hilton"

“La asombrosa inteligencia de Paris Hilton” es un artículo de opinión de Rosa Montero, cuyo tema principal es el valor de la inteligencia en la sociedad actual. La autora cree que la inteligencia cuantificada por test no agrega valor a la persona que la posee, una vez que, para Montero, inteligencia pura, aislada, no humanizada y no aplicada a las relaciones sociales no le hace a una persona verdaderamente inteligente.

Una de las estrategias argumentativas de Rosa Montero para fundamentar dicha tesis es la ejemplificación del resultado del test de inteligencia a lo cual fue sometida la millonaria Paris Hilton. La autora supone que, como tal resultado fue elevado, clasificando a Paris superdotada, test como estos solo pueden revelar inteligencias vacías cuya única utilidad sería “para hacer crucigramas”. En este momento del texto, vemos que Montero cuenta con los conocimientos de mundo de sus lectores. Ella no describe a Paris porque espera que el público ya sepa que es una persona fútil, vaga, constantemente involucrada en escándalos sexuales y, por lo tanto, que contraría lo que se espera de una persona inteligente. Por ello justifica que hay un equívoco en dichos test o en el concepto de inteligencia compartido en la sociedad.

Se puede decir que ese estilo de Rosa Montero es conveniente también al texto periodístico. La objetividad es cara al soporte, que trata siempre de atender a una demanda de lectores ya suficientemente informada que busca en los artículos de opinión, por ejemplo, no la información pura y simplemente, pero el análisis que uno hace de la información. El público exige de Rosa Montero no la transmisión de una noticia, sino el punto de vista de esta ecritora profesionalmente “vieja”, como ella mismo lo admite, sobre la noticia.

Siguiendo la misma línea de argumentación, esa autora cita otros ejemplos contemporáneos de supuesta inteligencia vacía, como la cantante Madonna (ya que Paris es superdotada, Madona, que es “menos mentecata”, es aún más inteligente) y la escritora Marilyn vos Savant, cuyo nombre figura en el Libro de los Récords como “la persona más inteligente del mundo”. Vemos que, a lo largo del texto, hay una preocupación de Montero por mantener con el lector la credibilidad de lo que escribe. Ella no se responsabiliza de muchas informaciones que expone, aunque use fuentes reales y legítimas, como el Libro Guiness de los Récords. Montero quiere que su público sepa que no es ella quien afirma, sino que solo está criticando informaciones que recibió. Por ello hay en “La asombrosa inteligencia de Paris Hilton” estructuras como: “acabo de leer en el periódico”, “dicen que sacó 132”, “dicen que la pérsona más inteligente del mundo una tal de Marilyn vos Savant”. De esta manera la autora saca la responsabilid frente al lector en cuanto a la procedencia de los datos mencionados y se pone en la misma situación de éste; ambos están buscando la verdad. Ambos se cuestionan con relación a la inteligencia que es valorada actualmente. Tenemos, en síntesis, una autora buscando la adhesión de su público al acercarse a ese público.

A continuación Rosa Montero cierra el texto provocando una relfexión en su lector. Ella conceptua lo que considera que sea una persona inteligente, resaltando que, por más que los elaborados test desarrollados bajo avances tecnológicos y científicos también elaborados traten de ser precisos, son incapaces de medir la complejidad inherente a “nuestra trastienda mental”.

Para estructurar sus ideas, la autora echa mano de muchos elementos. Para empezar cabría señalar la predominancia de un lenguaje que, aunque formal, es decir, gramaticalmente correcto, se acerca más al cotidiano justamente para confirmar su cercanía al público lector anteriormente dicha. No se nota un vocabulario muy complejo o elaborado, sino expresiones simples para aclarar aún más su posicionamento, como “tirar cohetes”, “tomar a pies juntillas”, “cuadratura del círculo”, “cuanto más vieja soy” o “petarda de Paris Hilton”.

En este sentido cabría señalar también la presencia de la autora a través de recursos lingüísticos como las deixis personales. A lo largo de todo el texto vemos explícitamente la voz de Rosa Montero, por medio de sentencias, como “nunca me he fiado gran cosa de los test de inteligencia” o “lo que yo entiendo por ser una persona sabia”, lo que ayuda a confirmar la tesis de que la autora se muestra a sí misma para mantener su tendencia de persuadir estando cerca de su público, mostrándose claramente a su lector. Por otro lado, en cuanto al uso de la impersonalidad, hay un interesante momento en que la autora, en vez de resaltar la presencia de lo subjetivo en el texto, como ha hecho en su mayor parte, lo objetiviza al hablar de la inteligencia en lugar de la persona que es inteligente: “una inteligencia abstracta capaz de resolver formidables problemas algebraicos no es nada si no se humaniza”. Ese camino contrario crea en en “La asombrosa inteligencia de Paris Hilton” un valioso juego: para hablar del objeto inteligencia, Montero usa sujetos como Paris Hilton, sin embargo, para hablar de los sujetos, Montero usa el objeto inteligencia

Las modalizaciones también están presentes en el texto, ya que son un recurso muy conveniente a escritos en los cuales la subjetividad se hace explícita. Según la perspectiva de Kerbrat-Orecchioni, hay, en “La asombrosa inteligencia de Paris Hilton”, sobre todo, adjetivos subjetivos como “petarda” y valorativos, estos principalmente para marcar un cierto eruditismo lexical también presente en el texto, como “ególatra” o “superferolítico”.

Finalmente sería relevante destacar también en el texto la presencia de la polifonía de Ducrot, marcada principalmente por las comillas que caracterizan un discuro en estilo directo. En el texto, ese discurso marcaría un simulacro de charla entre padre e hija, Paris e Hilton sobre la supuesta inteligencia de ésta. Ese recurso, además de proporcionar una dinamicidad a “La asombrosa inteligencia de Paris Hilton”, crea un efecto humorístico, estrategias interesantes al género al cual pertenece ese texto de Rosa Montero.

En definitiva “La asombrosa inteligencia de Paris Hilton” se constituye como una enseñanza a las sociedades contemporáneas. Montero lleva a sus lectores a reflexionar sobre su propia existencia y a cuestionar sus valores.



sábado, 19 de septiembre de 2009

Comentário del texto “Venganza Acadêmica” – Arturo Pérez

La mayoría de las personas, principalmente con un cierto grado de instrucción, tienen la capacidad o suponen que tienen, en argumentos críticos. Critican las cosas, las personas, la moda, la culinária, las palavras o expresiones utilisadas por las obras, un determinado asunto a respecto de una o outra área del conoscimiento. Es el caso del texto escrito por Arturo Perez donde lo mismo manifiesta su opinión respecto de las personas que les gustan criticar los pequeños errores o gazapos de los escritores académicos.
Podemos observar que en el texto de Arturo Peréz el nível de conocimiento, de relación con la escritura tiene un alto grado, utiliza en los cuatro párrafos un discurso informal, pero el tema es tratado de forma objetiva. El escritor es un académico y solamente algo muy pequeño para huir del alcance de la refinada observación del menbro de la RAE. Pero es lo mínimo que también que los “tocapelolatas” encuentran y por la infelicidad de los académicos critican.
El diccionário de la Real Academia Española nos da las acepciones siguientes de la palabra criticar (de crítica):
1. tr. Juzgar de las cosas, fundándose en los principios de la ciencia o en las reglas del arte.
2. tr. Censurar, notar, vituperar las acciones o conducta de alguien.

Las críticas muchos la hacen por profesión. Una crítica puede construir o destruir una carrera, puede cambiar la vida de una persona. En el texto las personas citadas por Arturo Pérez utilizan la crítica, esta forma de interferir en lo que el outro hace, de forma negativa, utilizan la misma principalmente según la segunda acepción del diccionário “censuran, vituperan las acciones o conducta de alguien”, o sea, la hacen para mostrar que supuestamente tienen conocimientos suficientes para notar el error del outro.
Arturo Pérez certamente es contrario a los “críticos tocapelotas”. Estos son como los abogados que se quedan en la puerta de la cárcel en busca de un pequeño trabajo. ¿o son como los animales que esperan la muerte de otras bestias para alimentarse? Situaciones que no agradan a nadie.
Lo peor es que tal vez muchos no tienen ni la mitad de la capacidad intelectual para producir obras, trabajos o tener ideas semejantes, tienen solo el tiempo disponible para incomodar, para verificar lo que ya está listo, acabado. ¿Y si también escribiesen? ¿ tienen miedo de ser criticados? ¿O simplemente no lo saben, solo saben criticar? Por eso pienso que la capacidad creativa debe ser admirada, crear nos es fácil, las criticas son importantes, pero, disponer de tiempo para buscar los pequeños errores no es nada creativo.

Comentario del texto “Venganza académica” - Arturo Pérez-Reverte – Madrid, 2008

Comentario del texto “Venganza académica” - Arturo Pérez-Reverte – Madrid, 2008.

En el texto “Venganza académica”, Arturo Pérez-Reverte comenta el trabajo que algunas personas tienen en colaborar con los autores corrigiendo los errores que sus textos puedan presentar. Para él los libros son “paridos con interés”, o sea, hechos con gran dedicación por los autores, y por esa razón, este autor cuando verifica que alguien encontró un error en su obra, se siente delante de una situación muy incómoda y desagradable, y ese es el tema principal discutido por Reverte.

Más allá de eso, Pérez-Reverte refleja gran ironía sobre el tema, lo que se nota a través de las propias metáforas, con las cuales nombra varios tipos de personas y situaciones, como es el ejemplo de los “cantamañas, listillos y tocapelotas”. Vemos que, desde el inicio, la crítica se construye por figuras estilísticas como la ironía y expresiones metafóricas, como vimos en este caso de “parir con interés” la obra, dentre otros ejemplos manifestados durante toda la lectura.

Es interesante notar que, desde el inicio, el autor busca una relación de proximidad frente al lector a través de un lenguaje informal y repleto de jergas y coloquialismos, lo que explica el uso de términos particulares de una clase de persona y también de un lenguaje propio de la conversación oral y cotidiana.

Desde la primera frase del texto, se enuncia “alguna vez les he contado que...”, con la intención de aproximarse al lector, como si estuviera invitándole a participar de sus premisas. Hay otro momento en que dice “así que imaginen con qué placer...”, o sea, otro tratamiento informal y que produce este acercamiento. Además, el autor emplea términos como “supongo” y “como digo”, lo que revela la deixis de 1ª persona del singular, eso es, la representación del “yo” – autor – que deja explícita su opinión en el texto.

Se puede observar aún los conocimientos enciclopédicos que están muy presentes en esta lectura, con el uso de palabras como cabrestante, lugre y eslora – que requieren un conocimiento previo para que puedan ser comprendidas en su contexto. Agrego aún la utilización de la sinonimia referencial, cuando el autor nombra a los “cazadores de erratas” de varias maneras, como raza aparte, cantamañas y listillos tocapelotas.

Otras características en relieve son la conexión y la cohesión. La primera está marcada por registros como “Eso se refiere también a...”, “Volviendo a lo de las erratas...” eso es, elementos que enlazan un tema ya referido en el discurso al otro que aún será expuesto. Ya la cohesión se manifiesta por medio de repetición de palabras-clave que favorecen la unión léxica del texto, vemos eso cuando emplea “el fulano”, refiriéndose al profesor de literaturas antes aludido.

Al final, Reverte llama la atención para la cantidad de expresiones irónicas y metafóricas con las cuales concluye el texto, una de ellas es “metiendo la gamba”, “pasándose de listo” y “goteándome el colmillo”. Para terminar, usa la intertextualidad para hacer referencia a otro texto y reafirmar sus ideas, destacando la Real Académia Española - diccionario que fue usado por él para atacar a la persona que trató de intimidarlo con denuncias de errores con respecto a su obra.
Comentario del texto “Venganza académica” de Arturo Pérez Reverte


En la columna periodística, el escritor Arturo Pérez Reverte muestra de forma irónica como hay un numero considerable de lectores que, después de una publicación de una novela, envian muchos correos a los escritores advirtiendo una u otra errata en la página tal. Es un texto ironico y podemos observar la exposición del asunto en el primer párrafo.

En el segundo párrafo Pérez-Reverte discute el tema, expone los motivos de haber errores en las obras tales como un descuido o pura ignorancia o por falta de comprobaciones de un dato. Él se pasa por humilde, diz no criticar ninguna obra aúnque no sea buena porque sabe como es trabajoso escribir (hay una valoración del oficio que sirve para reforzar su punto de vista). Una vez más, de forma irónica, el autor se refiere a los críticos llamándolos de “doctores” en el asunto.

El tercer párrafo trae ejemplo de una errata, Pérez Reverte llama al lector corrector de “cazador de errata” y ejemplifica también una estrategia que algunos escritores utilizan, destinado a “los rastreadores implacables” a través de trampas. Al final del párrafo, hay un reconocimiento de que el escritor también es fallo y que aún que sepas mucho, simpre habrá alguién que sabe más que tú. En todo el texto el autor se refiere con adjetivos a los lectores que buscan errores como, “rastreadores implacables”, “cazador de erratas”, “cantamañanas” y “tocapelotas”.

En el cuarto y ultimo párrafo hay una crítica a los que se juzgan superiores al corregir errores ortográficos o históricos como se nunca los huviesen cometido; el escritor cierra con más un ejemplo particular de una persona que lo “denunció” a la Real Academia y él como integrante de la RAE, fue quien le respondió con un tono irónico e intolerante. El autor se siente envanecido por responder de forma ríspida una carta de una persona que lo intentó causar daño, hay una crítica a la forma que las críticas son hechas “ lo curioso es que el fulano no me dirigió a mí, en el plan reservado o personal, sino a la Real Academia Española en general, como denunciándome en plan chivato ante la institución”.

El texto contiene cinco párrafos, el primero es una muestra del tema, el segundo es una discusión de este tema, el tercer trae ejemplos y el cuarto además de traer outro ejemplo conclui la idea de forma intolerante. El texto es dirigido a un determinado tipo de lector que supongo que sean, principalmente, los lectores que buscan errores en las obras. Se puede observar que si los mismos comenten errores hay una justificativa cualquiera como el ejemplo de que también son seres humanos pero, si los lectores critican un error de ortografía o se equivoca corregiendo alguna cosa correcta es nombrado de “ridículo pasándose por listo”.

Despúes de la lectura se perciba que hay una tendencia grande a odiarla los corretores ajenos, esto porque el texto es escrito sob la perspectiva del autor, es un texto muy tendencioso. El humor está presente, su lenguage simple, de fácil compreención y sirve para aproximar los lectores al contenido del texto.

Comentario crítico de “Venganza académica”

Arturo Pérez-Reverte, miembro de la Real Academia Española (RAE), publica un texto en la revista ADN Cultura en lo cual narra un episodio que le sucedió y utiliza esa narración para ejemplificar como le gusta tanto ser un académico.
El título, “Venganza académica”, es solamente ese sintagma nominal – compuesto de un sustantivo y un adjetivo – y es lo que despierta en el lector la curiosidad y la voluntad de leer el texto y de saber qué sería esa venganza calificada como académica.
El tema central de la nota de Pérez-Reverte sería el fastidio que es para un autor (y sobretodo que fue para él) recibir una crítica a su texto hecha sin respeto y sin razón. Sin embargo, para acercarse de ese tema, él empieza hablando y elogiando aquellas críticas que son el contrario de la que recibió: las críticas constructivas en las cuales percibimos la intención de contribuir para el perfeccionamiento de la obra.
Siendo el texto claramente subjetivo, encuentramos marcas explícitas de esa subjetividad en el uso de la primera persona en las formas verbales: “Alguna vez les he contado...”(línea 1), “Como digo...”(línea 28), “... la carta que recibí...”(línea 32), “... escribí, contra lo que acostumbro...”(líneas 38 y 39) y “... les digo que no...”(línea 44).
Otro trazo de subjetividad que tenemos en el texto de este novelista español es la modalización, como las deixis de persona que apuntan para la primera persona: “... me hace tener mucho respeto...”(línea 16), “... que no me gustan...”(línea 18), “... siempre me he negado...”(línea 20), “... unos amigos míos...”(línea 27), “... publicarse mi última novela...”(línea 32) y “... que me encanta ser académico.”(línea 44). Además de la deixis de primera persona, vemos en el texto algunas valoraciones, otra característica de subjetividad, como en la línea 1: “abundante correo”, en la línea 26: “autores perversos” y en la línea 39: “el bonito escudo”.
Allá de la subjetividad, vemos que Arturo Pérez-Reverte hace uso de algunos mecanismos para acercarse al lector y dar a su texto un tono coloquial, como hablar directamente con el lector – el la línea 1: “... les he contado que...” y en la línea 38: “... imaginen con qué placer...” - y también el uso de expresiones coloquiales como “son raza aparte” (línea 28) y “tirándote de las orejas” (línea 30).
En la nota del novelista, podemos apuntar el recurriente uso de la ironía como en “...siempre hay un fulano capaz de averiguar...”(línea 24), “Lo curioso es que el fulano no me la dirgió a mí, en plan reservado o personal, sino a la Real Academia Española en general, como denunciándome en plan chivato ante la institución.”(líneas 34 y 35) y en “... escribí, contra lo que acostumbro, mi respuesta en papel de cartas color hueso, impreso con mi nombre y el bonito escudo de la RAE...”(líneas 38-40).
Para terminar, del punto de vista semántico, la cohesión entre lo que sugiere el título (una venganza) y lo que el texto trae ocurre en las últimas líneas, en las cuales el autor nos cuenta el desenlace de aquello que le sucedió y sana la curiosidad por supuesto criada en el lector a través del título.

Edmar -Comentario crítico y personal del texto Venganza Académica

Comentario crítico del texto Venganza Académica

La manera como a ciertos lectores les importa la tarea de encontrar errores en una obra y cómo a Pérez-Reverte eso resulta un fastidio es la idea principal del texto, cuyo tema es la venganza académica que él hace contra un profesor que piensa haber descubierto un error en su obra.
El discurso del autor está dispuesto en 5 párrafos y 44 lineas. En el primer párrafo Pérez-Reverte introduce la idea del lector preocupado por detectar erratas. En el segundo valora el autor de una obra, lo dificil que es escribir y cómo que por eso no critica a sus compañeros. Es una explicación de su contrariedad por aquellos a quienes solo les gusta encontrar problemas. Con eso, en el párrafo siguiente, describe a los cazadores de erratas y cómo, hasta intentando propositalmente engañarlos, los autores no obtienen éxito, ya que los cazadores son, como dijo Pérez-Reverte, profesionales. En el cuarto párrafo llega el clímax , cuando trata del profesor que intentó corregirlo pero que solo pudo ver la otra cara de la moneda, la venganza académica. La conclusión, en el quinto párrafo, bien corta, en que vemos que el título de académico y miembro de la RAE sirvió para rechazar a un colega que se pasaba por listo.
El autor real es Arturo Pérez-Reverte, miembro de la RAE. Su texto fue extraído de internet, de un sitio cultural de La Nación de Argentina, del 01/03/2008. Él se utiliza de una estratégia de conversación con el lector ( alguna vez les he contado, linea 1, volviendo a lo de las erratas, 22 ) , acercándose al mismo, como si fuera un lector conocido. En relación a los conocimientos enciclopédicos, el autor supone que el lector sepa lo que sea un colofón de un libro ( línea 15 ) o lo que quiere decir la sigla RAE junto a su escudo y diccionario ( 39 a 41). El conocimiento enciclopédico no es la clave para comprender lo que dice el autor cuando se utiliza de jerga del mundo de la navegación. Pérez-Reverte demuestra que hasta mismo términos poco conocidos ( lugre, cabrestante, eslora , 23 a 25 ) no serán un problema para el cazador de erratas. La polifonía aparece cuando habla con ironía de los cantamañanas y tocapelotas ( línea 30 ) o de la carta del todo un profesor ( 32 ), cuando incorpora parte del texto de la carta, intentando con eso, hacer que el lector apoye sus ideas y decisiones sobre el profesor. Su punto de vista y empatía con los otros autores y el acto de escribir aparece bien claro en el párrafo 2 ,en que asocia la novela a un artefacto complejo ( línea 9 ), proceso artesano ( 9 ), como cuando afirma que tiene mucho respeto por los colegas ( línea 16).
Las marcas de subjetividad identificadas en el texto son muchas. Tenemos la utilización de modos verbales en indicativo y subjuntivo, como por ejemplo en la linea 28: Que, por mucho que sepas de algo, siempre habrá alguien que sabe más que tú. Utilización de primera persona ( casi nunca hablo en público , 17 ) , enunciados emotivos y expresivos, como los del segundo párrafo ( 16 a 21 ) y del cuarto ( 38 a 43 ). También emplea adjetivos calificativos como en las expresiones artefacto complejo ( 9 ),autores perversos ( 26 ) y bonito escudo ( 39 ). La cohesión léxica está siempre presente cuando se refiere por ejemplo al libro, a la novela, al ejemplar impreso, a la obra, de títulos. También cuando llama con ironía a los cazadores de erratas, doctores del asunto, raza aparte, cantamañanas, listillos tocapelotas. Todo para convencer al lector de que lo que hacen esos doctores no merece crédito, mucho menos el todo un profesor, aquel que recibió la venganza.


Comentario personal

Para Pérez-Reverte, una ayuda u outra que reciba del lector, para encontrar una errata, no deja de agradar al autor. Lo que no le gusta es la exageración en hacer esa area, como si fuera un trabajo de policía. Arturo Pérez-Reverte escribió el texto con subjetividad, coherencia e ironía, acercándose al lector y aclarando una opinión que suena como mía: la que dice que los cazadores de errores son personas que no merecen crédito. La verdade es que en mi opinión, ese concepto, de hace muchos siglos, de que la escritura debe ser perfecta, exacta , intocable, como algo divino, no pasa eso sí de un gran error. Esa idea todavía sigue acompañando a alumnos y profesores, que se preocupan demasiado con la gramática, con los errores, y muy poco con el contenido. Escriben no con el alma o con el corazón, y sí con el hermano diccionario, por la preocupación demasiado fuerte de cometer un error. La imaginación y opiniones propias pueden ser enormemente afectadas, así como su proceso de evolución intelectual y humano.

viernes, 18 de septiembre de 2009

comentario crítico del texto "Venganza académica"

“Venganza académica” parece ser una protesta en contra a los dichos intelectuales de la sociedad contemporánea que tienen como objetivo de vida tratar de destruir obras ajenas. Pérez-Reverte, con un estilo sutil y al mismo tiempo duro, logra criticar a esos falsos intelectuales, representados en el texto por “un profesor de Lengua y Literatura” que escribe al autor para denunciarle errores inexistentes en su última novela.

El texto empieza de una manera muy particular, “alguna vez les he contado...”, lo que sugiere una proximidad del autor con sus lectores. Pérez-Reverte, al utilizar estructuras como éstas, parece compartir sus impresiones de mundo con su público. Él crea una proximidad a la gente que le permite ponerse en una posición legítima y fija, la del que escribe íntimamente a sus lectores, que ya lo conocen y a sus producciones. De este modo, tenemos un escritor legitimado por su público, respetable.

Justamente por esa rpoximidad establecida entre Pérez-Reverte y sus lectores, hay un predominio del lenguaje informal en “Venganza académica”. Para el autor no es interesante simplemente estar cerca de su público, hay que dejar eso explícito en su escritura para que sea plena y confiable dicha cercanía. Es eso que garantiza el éxito de Pérez-Reverte, su público lo quiere, le gustan cómo escribe y sobre qué escribe. En definitiva eso hace con que de Pérez-Reverte esté protegido por sus lectores, que legitimizan lo que escribe. Por ello vemos, en “Venganza académica”, expresiones como “tal o cual errata en la página equis”, se dice que tal errata es “gorda”, que “un gazapo salta a la cara”, que un texto puede contener “erritas”, estructuras que hacen parte del cotidiano de la gente, reforzando también la intimidad entre autor y público.

A continuación, sobre el lenguaje utilizado por Pérez-Reverte, hay todavía el uso de metáforas en el texto. Si pensamos que el lenguaje figurado nos sirve incluso para expresar con más exactitud lo inexacto, para que intentemos “explicar” experiencias demasiadamente complejas y subjetivas, como el proceso de escritura de una obra, dicho uso parece pertinente en “Venganza académica”. El autor quiere, para seguir manteniendo la cumplicidad tan necesaria con sus lectores, transmitirles sus angustias y problemas, reforzando la “amistad y semejanza” que hay entre ellos. De este modo, decir que escribir una novela “es poner en pie un artefacto complejo, con reglas, estructura y mecanismos internos” sirve también para que al autor muestre a su público amigo que no escribe de modo aleatorio, sino que es un intelectual respetable no merecedor de críticas como las hechas por los “cazadores de erratas profesionales”. Resumiendo, “errar es humano” y eso suele pasar con el autor y con cualquiera, “nos ha pasado cien veces a todos”.

Ahora bien, Pérez-Reverte considera los errores del escritor, sean grandes o no, pero no admite que un “ridículo pasándose de listo” lo critique. Para al autor los errores son “clásicos del oficio”, sin embargo el hecho de que escribe novelas “desde hace vinte años” lo hace tener “mucho respeto por todos sus colegas”, pues conoce “bien el trabajo que hasta la peor novela tiene dentro”. Así, pues, Pérez-Reverte transmite una imagen de escritor justo y consciente, una vez más confiable a sus lectores, lo que le da autoridad para criticar al “profesor de Lengua y Literatura” e indirectamente a todos los falsos intelectuales, “doctores buscapleitos” que “meten de forma desagradable los dedos en la boca”.

El lenguaje informal está presente en todo el texto, lo que conviene al escritor que se dirige a “compañeros” lectores . Por ejemplo, Pérez-Reverte introduce el tema, en el tercer párrafo, diciendo “volviendo a lo de las erratas y descuidos”, es decir, depues de toda la exposición sobre los problemas de la escritura, el autor va, finalmente, a empezar la crítica dirigida, objetivo principal de “Venganza académica”.

Otros procedimientos que le confieren, en ese mismo parágrafo, un status no solamente de escritor simple y cerca del público, sino de un especialista, es el uso de vocábulos que aluden al universo marítmo, como “lugre”, “proa”, “molinete” y “cabrestante”. Se puede entender también el uso de esos recuros como otra estrategia de Pérez-Reverte. Él no quiere ser solamente el escritor que escribe informalmente y que posee poco trabajo de lenguaje, utilizando solo expresiones de lengua oral. Al contrario, quiere ser lo más amplio posible para lograr la confianza del público tambien lo más amplio posible. Dicho de otra manera, Pérez-Reverte se muestra, en “Venganza académica”, un escritor completo, que sabe exactamente cómo dominar su escritura, mezclándo lo culto y lo coloquial, lo eloborado y lo simple. Todo eso para, incluso, ganar el respeto y la adhesión de aquellos a quienes se dirige.

En relación con el cierre del texto, en que podemos ver el ejemplo del profesor de Lengua y Literatura que intenta criticar la escritura de Pérez-Reverte, notamos un tono más duro del autor. Él mismo admite “gotearse el colmillo” mientras contestaba dicha crítica, que se resume en el hecho de que dicho profesor acusa injustamente a Pérez-Reverte de confundir los verbos intimar con intimidar “hasta seis veces”. El autor le da la “venganza” desde una posición miembro de la Real Academia, lo que le da el capital simbólico para dicha contestación. Para darle al profesor el “último golpe”, le recomenda las obras de la RAE para que le sirvan de referencia antes de acusar a un escritor de “más de veinte años de profesión” nuevamente.

Ya en lo que se refiere a los aspectos esencialmente lingüísticos del texto, cabría resaltar algunos procedimientos. En primer lugar el uso de la segunda persona del singular inclusivo, según la perspectiva de Kerbrat-Orecchioni, para, sobre todo, reforzar el compartimiento de mundo entre autor y lector y la consecuente cumplicidad entre ellos. En segundo lugar la seleción léxica que privilegia adjetivos subjetivos afectivos y axiológicos, también según las nociones de Kerbrat, que demuestran un juicio de valor por Pérez-Reverte, conveniente a la secuencia argumentativa que también compone “Venganza académica”. En tercer lugar la ironía, presente, por ejemplo, en el término “doctores” de crítica literaria, de que Pérez-Reverte no se asume responsable, es solamente el sujeto de la encunciación, no el locutor del encunciado, conforme las nociones de Ducrot.

Por todo eso se puede decir que, en el texto en cuestión, el uso de la norma lingüística está en función del sujeto de la enunciación. El autor utiliza los registros según sus intenciones comunicativas (BALLY apud KERBRAT-ORECCHIONI). Por ello vemos un “Venganza académica” minuciosamente contruído, en el cual cada palabra está puesta en su debido lugar para garantizar, sobre todo, que el autor logre persuadir a su lector.

Nombre: Marcio Weber de Faria

Comentario crítico del texto “Venganza Académica.”

Arturo Pérez-Reverte, académico de la RAE, nos muestra en el texto su disconformidad por la actitud de un lector crítico que envió nota a la RAE denunciando supuestos gazapos lingüísticos en la obra del ilustre escritor. Nos cuenta el autor “Un ejemplo es la carta que recibí a poco de publicarse mi última novela con todo un profesor de Lengua y Literatura denunciando “errores lingüísticos graves...”(l. 32) y a continuación la denuncia por parte del lector, “Les ruego que hagan llegar esta nota al escritor y los correctores de estilo de su editorial.” (l. 37).
El texto tiene como tema principal el comentario sarcástico del Sr. Perez-Reverte hacia determinados lectores críticos que hacen observaciones inoportunas respecto a erratas encontradas en los textos de los libros. Eso se hace notar cuando el autor retoma la narrativa en primera persona: “Por eso casi nunca hablo en público de títulos que no me gustan, excepto los perpetrados por algún buscapleitos que previamente me haya metido de forma desagradable los dedos en la boca” (l. 17). También en esta frase encabezada por el conectador contra argumentativo “otra cosa” (l. 30) el autor nos da muestras de su sarcasmo inconformado: “Otra cosa son los cantamañanas y los listillos tocapelotas, que escriben tirándote de las orejas por tal error histórico o lingüístico con un tono de superioridad...” (l.30 y 31).
Al referirnos al planteamiento argumentativo del texto nos damos cuenta de que la estructura se reparte en 4 párrafos: El primer párrafo se refiere al gusto con que el novelista recibe una correspondencia de su lector, aunque sea para denunciar alguna que otra errata. El segundo párrafo comenta sobre la dificultad que conlleva escribir una novela y que por muy revisada que sea esta puede que se cuele algún gazapo. Nos da demostración de humildad colocándose junto al lector cuando dice “esos errores nos ha pasado cien veces a todos” (l. 11 y 12), que puede ser “ignorancia del autor del jardín donde se mete” (l. 10). El autor demuestra que no es su vocación ni oficio hacer críticas. En el tercer párrafo retoma el asunto principal de las erratas y descuidos de los textos literarios y nos brinda ejemplos de errores cometidos en algún texto. Nos habla sobre las trampas que los autores colocan en los libros con intención de pillar a esos cazadores de erratas, pero que al final son ellos que te pillan a ti y te recuerdan que aunque sepas mucho, siempre habrá alguien que sepa más que tú.Ya en el cuarto párrafo, el ilustre escritor nos cuenta sobre la actitud de un crítico que lo denuncia en plan chivato ante la RAE. Cabreado con la situación, “Así que imaginen con qué placer, goteándome el colmillo, escribí...”(l. 38), el académico contesta al crítico cantamañanas en tono irónico. De manera muy formal, intencionado en conservar la distancia que existe entre el lector crítico y él (el autor), le dice muy formalmente: “Muy Sr. Mío: le quedaría muy agradecido si la próxima vez, en lugar de hacernos perder el tiempo con tonterías a la academia y a mí, consultase antes el diccionario de la RAE...] línea 40, [Le recomiendo el uso frecuente de esa obra(también editamos una Ortográfica y una de Gramática)para que, de ese modo, evite hacer de nuevo el ridículo pasándose de listo”(l. 42).
El tema del texto progresa de manera constante, desde la parte que trata del gusto y curiosidad con que los novelistas reciben las cartas de los lectores, aunque sea para denunciar algún error el la línea 2 y 3, “Es una correspondencia que cualquier novelista, supongo, recibe con curiosidad y agrado, aparte del disgusto cuando la errata detectada es gorda...”. Pérez-Reverte enriquece la narrativa haciendo juego entre la sinonimia referencial de palabras como errata, gazapo, errores, descuidos, errita, y con esas otras enderezadas al lector: cantamañas, tocapelotas, bluscapeitos, chivato, listillo. Se puede destacar los mecanismos linguísticos discursivos como el lenguaje informal, “lo curioso es que el fulano no me la dirigió a mí”(l.34), “coyotadas, las llaman unos amigos míos”(l.27), “corregidas como Dios manda”(l.7),”cuyo gazapo sólo salta a la cara”(l.12), “cómo se columpian”(l.31), los coloquialismos “buscapleitos”(l.18), “como, de paso, metiendo la gamba hasta el corvejón” (l. 33,34), “Por lo que jode” (l.44), “denunciándome en plan chivato”(l.35), están al servicio de la finalidad pretendida: estrechar el espacio entre autor y lector (acercamiento) y convencer al lector de que hay que tener más prudencia en todo aquello que se hace e involucra segundos o terceros.
- ¡No hay que hacerse de listo, porque listo somos todos y no somos ninguno!
El autor español nos invita a la risa con una ironía fina hacia el crítico, y, divierte haciéndonos zambullir en su narrativa: “con todo un profesor de Lengua y Literatura denunciando...y metiendo de paso la gamba hasta el corvejón”(l. 32,33,34), “denunciándome en plan chivato ante la institución. Pérez-Reverte – señalaba despectivo, retirándome el señor, el don y el excelentísimo a que, modestia aparte, allí tengo derecho-” (l. 35,36)
En sínteses , al tratarse de un texto en que el autor nos deja entrever su opinión personal, Perez-Reverte está presente en el texto a través del uso de la deixis de primera persona: “Alguna vez les he contado que...” (l. 1), “imagino, pero deliciosa-puesta,..” (l.14), “escribir historias desde hace 20 años me hace tener mucho respeto...” (l.16), “No es mi vocación ni mi oficio”(l.20).


COMENTARIO MUY PERSONAL

La nota del Sr. Pérez-Reverte en el texto “Venganza Académica”, en mi opinión, resulta ser un desahogo de quizás muchos problemas interiores que lleva. Hay días en que realmente estamos con humor de perros y no estamos para bromas.
El académico podría considerar que el lector, a pesar de ser todo un profesor de Lengua y Literatura, se portó de una manera equivocada. Se entiende que nadie es perfecto y cualquiera de nosotros está sujeto a cometer errores en que a veces no nos damos cuenta. No estoy hablando de los equívocos ortográficos que son tangibles por la rectitud de la gramática. Estoy interesado en relatar esos errores de conducta moral. El comportamiento inesperado de un lector que envió una nota crítica a la RAE denunciando supuestos gazapos lingüísticos en la obra de Reverte. ¡Hombre! Por la lógica lo correcto sería primero enviárselo al escritor para que tomase las debidas providencias. ¡Sí! Pues fue esa actitud la que encolerizó el ilustrísimo miembro de la RAE, quien escribió una nota sarcástica en respuesta al crítico.
Quisiera proponer una conducta mucho más formal y caballeresca. Quizás como si uno diera en la cara del otro un golpecito suave con guantes blancos para que no hiciera a éste mucho daño físico. Pero que lo hiriese deliberadamente en el ámbito moral, en el más íntimo del ser.
-¡Si me lo permite, voy a dar mi opinión sincera sin pelos en la lengua!
-"Don Arturo Pérez-Reverte, si estuviéramos en posición de analizar la conducta errónea de nuestros compañeros, mejor que hubiésemos metido en el área de la psicología. Un hombre se hace un gran hombre cuando no se molesta con los errores de los demás, sino que perdona y con ellos aprende a vivir en sociedad."
Comentario Crítico del Texto de Rosa Montero “La asombrosa inteligencia
de Paris Hilton"

Paris Hilton em 2007
17 de Fevereiro de 1981 (28 anos)Nova Iorque, Nova Iorque Estados Unidos
Etnia Norueguesa
Ocupação
Atriz, cantora, empresária, escritora, estilista de moda, modelo
Salário US$7 milhões[1] (2005-2006).
ParisHilton.com

En esta nota publicada en la revista “La nación” del 20 de enero de 2008, Rosa Montero critica de una manera directa los métodos utilizados para medir el coeficiente de inteligencia. Toma como ejemplo para la crítica una noticia periodística. Utiliza la deixis personal y la deixis temporal para expresar su opinion: “Nunca me he fiado gran cosa de los tests de inteligencia...(l. 1), “Siempre sospeché, pues, que esas pruebas eran una tontería, pero ahora estoy segura de ello.”(l. 7), “... sé bien, porque la experiencia me lo ha demostrado múltiples veces,...”(l. 25,26). La autora nos transmite un alto índice de subjetividad de ideas a través de los recursos de modalización utilizando adverbios subjetivos, “... que la inconmensurable petarda de Paris Hilton es, supuestamente, una superdotada.”(l. 8), “Seguramente todos conocemos a personas que no han tenido la oportunidad de estudiar...”(l. 34), “De hecho, lo que yo entiendo por ser una persona sabia es justamente alguien así...”(l. 37). También utiliza de los adjetivos valorativos y subjetivos como: “...mientras que otros menos dotados, pero más perseverantes, más disciplinados, ... , han terminado siendo grandes artistas.”(l. 27,28,29). Aún utiliza las frases interrogativas y exhortativas con la finalidad de exponer su opinión y substantivos que esconden juicio de valor, “ ¿Pero quién demonios quiere ser superdotado, si los superdotados son así? ¿No medirán en realidad estos test otra cosa, como el narcisismo, la superficialidad o el delirio egocéntrico?”(l. 17,18,19), “Qué quieres para tu cumpleaños, nena?(l. 13), “cuanto más vieja soy, ...”(l. 24), “alguna chica lista”(l. 12).
Ahora bien, conociendo el estilo de esta singular escritora, nos damos cuenta de la ironía y la sinonimia referencial hacia Paris Hilton, “ ¿Qué quieres para tu cumpleaños nena?(l. 13), “... la inconmensurable petarda de Paris Hilton...”(l. 8), “se me ocurre que una capacidad intelectual ..., solo puede servir, como mucho, para hacer crucigramas.”(l. 43,44)
Rosa Montero enumera y compara todavía varias personalidades (hace inferencia) en el mundo con el objetivo de conducir al lector a establecer un juicio claro sobre los test de inteligencia, como por ejemplo: “Por cierto que Madonna también tiene un cociente alto(140) puntos.(l. 16), “Dicen que la persona más inteligente del mundo es una tal Marilyn Vos Savant...sacó 228 puntos de cociente intelectual. Lo dice el libro de los Récords que es el sitio perfecto para esas tonterías. Teniendo en cuenta que Einstein rondaba al parecer 150 puntos...”(l.21,22,23).
Como se trata de um texto argumentativo, podermos observar elementos propios a este tipo de texto como el uso de conectores que delinean ese entramado de ideas. “... al contrario he visto a mucha gente genial perderse para siempre y no hacer nada, mientras que otros menos dotados, pero más perseverantes, más disciplinados y con la suficiente humildad...”(l. 26,27,28), “no poseen titulos ni sofisticados conocimietos intelectuales, y que, sin embargo, son capaces de iluminarte la vida...”(l. 34,35).
La escritora madrileña se aproxima al lector con intención de compartir su opinión utilizando el verbo en 1º persona de plural, “Pero pongamos que no ha sido así”(l. 15), “Seguramente todos conocemos a personas...”(l. 34), “Somos animales sociales”(l. 40). A pesar de tener opiniones firmes e ideas claras, Rosa Montero en aquello que no tiene seguridad nos deja un toque de impersonalidad, “ y la Hilton, dicen, sacó 132.”(l. 9), “Dicen que la persona más inteligente del mundo...”(l. 20), “son capaces de iluminarte la vida...Gente que piensa, y piensa bien...”(l. 35,36)
Como corresponde a un texto escrito destinado a la Revista La Nación, el registro lingüístico utilizado por la autora es un registro culto cuando hace suposiciones como: “no parece que Marilyn haya hecho gran cosa con su superferolítico cerebro”(l. 23,24), “se diría que vive tan aislada dentro de su ombligo ególatra como Robison Crusoe en su isla desierta”(l. 41,42), “aunque mucho menos mentecata que Paris, ...”(l. 16), “Una inteligencia abstracta capaz de resolver formidables problemas algebraicos...”(l. 30,31). Pero la escritora no deja de pincelar con coloquialismos y con eso consigue más expresividad, “ ...pero lo malo es que la gente se nos suele tomar a pie juntillas”(l. 4), “ ...petarda de Paris Hilton”(l. 8), “porfa”(l. 13), “tirar cohetes”(l. 17).
Quisiera resaltar la participación que da la autora al lector de quien exige activar los conocimientos enciclopédicos, la capacidade de leer la información implícita y la intertextualidad. A través de una presente ironía critica de forma
clara los test de inteligencia y sobretodo a la materia periodística que fue supuestamente comprada por Paris Hilton. Se infiere del texto que la inteligencia no puede obviamente medirse por ningún test ya inventado.

COMENTARIO CRÍTICO DEL TEXTO: VENGANZA ACADÉMICA

COMENTARIO CRÍTICO DEL TEXTO: VENGANZA ACADÉMICA

A través del texto “Venganza Académica”, el conocido e ilustre escritor español Arturo Pérez-Reverte, también miembro de la RAE, ha querido comentar con sus lectores las cartas que ha recibido, en las cuales son indicadas las erratas detectadas en sus obras.
El escritor menciona que la tarea de los “colaboradores” despierta “curiosidad, agrado” y también “disgusto”, si se comprueba que la “errata es gorda”. (l. 3)
Como todo escritor, reconoce que la difícil y ardua tarea de escribir es un proceso en el cual se pueden cometer equivocaciones involuntarias, aunque se haya leído y corregido varias veces el texto producido. Los errores pasan inadvertidos una y otra vez. Usa metáforas y comparaciones para ejemplificar las dificultades de la tarea de escribir, evitando repeticiones y enriqueciendo el texto: la obra que uno acaba de parir con interés (l.4) demuestra que el proceso de escribir requiere mucho esfuerzo y sugiere sufrimiento, poner en pie un artefacto complejo (l. 9), refuerza la idea de mucho trabajo, concentración y competencia, por ignorancia del autor del jardín donde se mete (l. 10), el lugar donde el escritor entra para realizar su obra, donde está su inspiración y su vena artística,
También manifiesta una crítica bastante despectiva y despreciativa para con los “cantamañas y tocapelotas”, aquellos fastidiosos irresponsables que no merecen crédito y que corrigen al escritor tirándole de las orejas (l. 30), llamando la atención sobre algún error histórico o lingüístico (l. 31). Con ironía revela el placer que siente al corregir los que se creen superiores y grandes conocedores de la lengua, pero se equivocan hasta el punto de hacer el ridículo: como se columpian (l. 31), y metiendo, de paso, la gamba hasta el corvejón. (l. 34)
El autor menciona otro buscador de errores o equivocaciones: el cazador de erratas profesional (l. 22-23), que muchas veces resulta más conocedor que el propio autor del tema tratado en el texto.
Con un lenguaje lleno de términos coloquiales – y a veces hasta vulgares – y utilizando recursos más comunes de la oralidad: Volviendo a lo de erratas y descuidos (l. 22), Escribes, por ejemplo, en la página tal (l. 23), encima va y te dice (l. 25), y siempre son ellos los que te pillan a ti (l. 27-28), Por lo que jode (l. 44), el escritor “conversa” con los lectores con complicidad buscando una mayor aproximación con ellos. Al expresarse en este estilo discursivo más íntimo y familiar, Pérez-Reverte está sobreentendiendo que “sus” lectores lo conocen y ya han leído varios textos suyos Alguna vez les he contado (l 1), y también desea producir en ellos un gran impacto con sus comentarios.
El autor también señala, de modo despectivo e irónico, que un fulano (l. 34,) todo un profesor de Lengua y Literatura, denunciando “errores lingüísticos graves” (l. 32-33), no le escribió directamente ni utilizó el tratamiento de el señor, el don y el excelentísimo a que, modestia aparte, allí tengo derecho (l. 36), por tratarse de un escritor renombrado y miembro de la Real Academia Española. La respuesta que le dirige, haciendo uso de su autoridad académica, de su cargo ilustre y escribiendo en papel de cartas color hueso, impreso con mi nombre y el bonito escudo de la RAE (l. 39-40), tiene un tono irónico y “destila” una venganza bien argumentada, con total conocimiento de causa, escribiendo con placer y satisfacción goteándome el colmillo (l. 38). La persona que criticó sus escritos se consideró sagaz y preparada para corregir a un gran escritor, pero, por su falta de conocimientos lingüísticos y su intervención de modo inoportuno y desacertado, recibió una reprimenda, además de consejos para consultar y usar frecuentemente el Diccionario, la Ortografía y la Gramática de la RAE.
El título “Venganza Académica” es realmente significativo, pues, no obstante mantener un diálogo informal, con vocablos y expresiones propios del coloquialismo: por mucho que sepas de algo, siempre habrá alguien que sepa más que tú (l. 28-29), del registro vulgar: el jodío (l. 25), por lo que jode (l. 44), el autor deja explícito en el texto que él escribe desde hace veinte años y es muy respetado en el ambiente académico: escribir historias desde hace veinte años me hace tener mucho respeto por todos mis colegas (l. 16). No se trata de una nota de un escritor cualquiera. Es un texto de un profesional de renombre, un ilustre académico miembro de la RAE que merece el respeto y la admiración de sus lectores.
Pérez-Reverte denota en todo momento una gran libertad de expresión, modaliza su discurso y utiliza recursos literarios propios de quien tiene mucha experiencia en el arte de escribir. Uso de verbos en el indicativo y en el subjuntivo en todo el texto: llega abundante correo (l. 1), en que la cosa quede lo más perfecta posible, Escribes (l. 23), ponemos trampas (l. 26), me haya metido (l. 18), consultase antes (l.41), uso de figuras literarias como en la obra que uno acaba de parir con interés (l. 4), deixis personal usando pronombres de primera y segunda persona: les he contado (l. 1), el fulano no me la dirigió a mí (l 34), Y te recuerdan (l. 28), posesivos: mi última novela (l. 32), No es mi vocación ni mi oficio (l. 20), elipsis, suprimiendo el pronombre sujeto: el día que recibimos (l. 13), como digo (l. 10), por mucho que sepas de algo (l. 28), Un ejemplo es la carta que recibí (l. 32), evite hacer de nuevo el ridículo (l. 43).
No solamente experiencia se necesita para escribir, sino también sólidos y fundamentados conocimientos de los temas a tratar, una gran elocuencia y facilidad para transmitir las ideas y conceptos y la utilización correcta de la lengua con el dominio de los recursos lingüísticos. De tal modo los lectores apreciarán la lectura y sentirán el regocijo que se obtiene de penetrar los límites de la literatura y navegar en ese océano infinito de cultura y saber.